Queridos lectores, ¿Sabían que el santo padre Francisco encomienda una intención de oración por mes?
Estas intenciones son una convocatoria mundial a la acción y oración. El Papa las confía a su Red Mundial de Oración, que las difunde a través del “Video del Papa”.
Hoy te invitamos a leer esta reflexión inspirada en el vídeo del mes de Marzo
Durante este mes de marzo el Papa Francisco nos invita a contemplar en oración a las familias, de manera especial a aquellas que están en crisis y se encuentran divididas. Sabiendo que no existen las familias perfectas estamos llamados a colaborar con la tarea de que en nuestras familias reine la paz y haya siempre lugar para la reconciliación.
En este sentido, el Papa nos señala la importancia del perdón como aquel gesto de misericordia que nos permite “dar una nueva oportunidad”. Así como el Señor hace nuevas todas las cosas en nuestra vida cuando nos acercamos a Él también nosotros con su ayuda podemos entrenar desde el corazón nuestra capacidad de perdonar a quienes nos hirieron por alguna u otra razón.
Contemplando nuestras familias podemos pensar en, ¿cuáles son las heridas que nos separan y no nos permiten convivir en armonía?, ¿somos capaces de perdonar a quienes nos ofenden?, ¿estamos abiertos a generar encuentros que promuevan la reconciliación? Estas son tan sólo algunas de las preguntas que nos pueden ayudar a redescubrir el valor de nuestros vínculos a la luz del amor que nos enseña Jesús con su propio testimonio de entrega por cada uno de nosotros. El que nos amó primero nos invita a secundarlo en el camino y así también ser capaces de amar a “todos, todos, todos”.
La familia es una escuela de humanidad que nos interpela a ser cada día más humildes para reconocer el valor del otro, la riqueza de su existencia y el aporte que puede ser para mi propia vida compartir con quienes son distintos, en el fondo, esos es la Iglesia, eso es la familia. Respetar y dar lugar a que cada uno pueda ser auténtico sin juzgar es una práctica que nos puede ayudar a vivir de una manera diferente promoviendo así la comunión en nuestras familias.
Finalmente, en este camino, el Papa no marca que tengamos cuidado con el rencor que tantas veces aparece como un obstáculo en la invitación a tener un corazón misericordioso capaz de superar las diferencias. Pidamos a María que en este tiempo nos ayude a redescubrir el valor de cada una de nuestras familias y fortalezcamos nuestras oraciones por aquellas que están pasando un momento de dificultad para que encuentren consuelo y paz.
Amén
María Claudia Enríquez @clauchitaaaa
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