jueves, 26 de septiembre de 2024

El Rosario

Próximos a iniciar octubre, el mes del Rosario, nos empezamos a adentrar en este tiempo especial.

Para profundizar en esta oración lo hacemos de la mano de Fray Ángel.



Muchas veces encontramos entre los artículos empolvados de nuestros abuelos, un rosario, hermosamente descolorido, devotamente desgastado. Lo vemos, a menudo, colgado despreocupadamente al cuello de algún aspirante a diseñador, influencer o artista famoso. Otras veces se nos revela como parte del hábito de los religiosos y monjas, pendiendo despreocupadamente del cinto. En las estampas, imágenes, cuadros y estatuas de muchos santos y es un signo elocuente de una  vida de oración, y de otros no tan santos, de conversión y profunda devoción a la Virgen. Y otras veces, quizás las más, se nos antoja una “cantinela” repetitiva, anodina, aburrida, en fin, larga y tediosa.


Pero el Rosario es un medio privilegiado para acercarnos a la Santisima Virgen María, y con ella a su Bendito Hijo. Es el camino elegido por cientos de santos para expresarle amor y dedicación a la Madre de Dios. Es una escalera, lenta pero segura, hacia la santidad. Es el regalo de la misma Santisima Virgen María, a la Iglesia, por medio de santo Domingo y la Orden de Predicadores que él fundó.


El Rosario es un resumen del Evangelio. Es una oportunidad para adentrarnos en la intimidad de la Sagrada Escritura desde los ojos de la Santisima Virgen María. En él, repitiendo los misterios de la infancia de Cristo y de su obra de redención, en su vida pública, y también en su Pasión, Muerte y Resurrección, nos hacemos conocedores, imitadores, amantes y fieles seguidores suyos.


El Rosario tiene como eje la oración repetida con devoción, y por eso mismo profundizada en el corazón. En cada decena, rezamos el completo y generoso Padre Nuestro, aprendido por la Iglesia de las mismísimas palabras del Redentor; el Ave Maria que recoge las palabras inspiradas e inspiradoras del saludo del Ángel en la Anunciación y del saludo de Isabel en la Visitación, coronadas con la fe de la Iglesia en la Maternidad divina, y la súplica confiada a su intercesión en la postrera necesidad. Todo el conjunto acompañado por la alabanza a la Gloriosa Trinidad. A esto añadimos frecuentemente algunas jaculatorias y devociones particulares.


Podemos dejar para los estudiosos y curiosos las fechas específicas en las que el Rosario pasó de ser un sueño de un monje, a una realidad eclesial y los documentos pontificios que lo recomiendan, instituyen, norman y conceden indulgencias a sus fieles devotos. Valga como nota de rigor, que es una historia de varios siglos y de miles de voces. Los fieles devotos de la Virgen, regalándole las rosas de la plegaria, construyeron capillas y altares, iglesias y santuarios, basílicas, conventos, grutas, sermones, libros, peregrinaciones y oficios litúrgicos. Reyes, princesas, doctores y clérigos, papas, monjes, padres y madres de familia, hijos devotos y pecadores empedernidos, todos bajo el manto de la Bienaventurada Virgen María y tomados con fortaleza de las cuentas de su Rosario. 




El Rosario es oración a flor de piel, de sangre derramada, de abundantes y saladas lágrimas y súplicas confiadas a los pies de la Virgencita, Nuestra Señora de las Victorias, del Santo Rosario, de Pompeya, del Milagro, de San Nicolás. El Rosario es herencia del corazón, inteligencia, sabiduría, ilusión y arte, plasmado en papel y cartón, seda y lino, madera y mármol, vidrio y latón, oro y plata, perlas y piedras preciosas. Es canto y poesía, predicación y misión.


Este año 2024, el Santo Padre, nos invita a renovar el impulso de la oración en preparación del Jubileo del 2025. Estamos invitados a rezar el Santo Rosario de la Bienaventurada Virgen María, el lunes 7 de octubre a las 19 hs. Así se hará en todo el mundo cristiano, de modo que ese día, en toda lengua y todo lugar, desde la primera hora del día en el extremo oriente, hasta la última hora del día, se invoque el nombre de María, pidiendo su protección para el Jubileo.


La Orden de Predicadores, a quienes el Santo Padre encomendó la organización de este evento, ha dispuesto un registro online, y ha extendido la invitación a todas las Congregaciones Marianas, Movimientos, Sodalicios, Grupos de Oración, parroquias, conventos y santuarios a inscribirse, para dar testimonio de devoción y unidad en la oración. 


Autor: Fray Ángel Benavidez OP



Más información y acceso al registro: 

https://www.op.org.ar/dia-mundial-del-rosario/; www.worldrosaryday.com



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1 comentario:

  1. Muchas gracias 🙏🙏, qué riquezas en esta reflexión .sobre el santo rosario, inmensamente agradecida a la o.p. especialmente hoy a fray angel,.. Isabel cofrade.

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