martes, 27 de agosto de 2024

Empresario argentino camino a ser declarado santo - Enrique Shaw


 Primeros años de vida

Erique nació en Paris el 26 de febrero de 1921. Dos meses después su familia regresó a Argentina. Estudió en el Colegio La Salle Buenos Aires, donde fue un alumno sobresaliente. Era miembro de la Congregación Mariana.

A principios de 1936, después de cumplir 14 años, ingresó a la Escuela Naval Militar Río Santiago a pesar de la oposición inicial de su padre, quien quería que se preparara para dirigir las empresas familiares. Fue siempre de los tres mejores promedios de su generación y es en la historia de la Armada Argentina el más joven oficial graduado.

Desde muy joven comenzó a leer todo tipo de libros, especialmente de economía, política, filosofía, historia y ciencia.​ Una tarde del verano de 1939, en la biblioteca del Ocean de Mar del Plata, encuentra de casualidad un libro del Cardenal Suhard sobre el rol y las responsabilidades del hombre cristiano en la vida. Allí conoció la Doctrina Social de la Iglesia y se produjo en él un convencimiento muy profundo sobre cuál debía ser su camino. Él siempre llamó a eso su "conversión definitiva"

Casamiento y Familia

Se casó con Cecilia Bunge en 1943, con quien tuvo nueve hijos. En 1945 fue enviado por la Marina a la Universidad Estatal de Chicago en Estados Unidos para estudiar meteorología. Pero fue en ese año, cuando ya su familia estaba constituida y creciendo, cuando se produce la consolidación de ese rumbo en su vida: comprendió definitivamente que Dios le pedía un apostolado específico. En un principio creyó que debía hacerse obrero, pero un sacerdote, al ver su perfil, lo persuadió para que llevase el evangelio al mundo empresario al cual pertenecía su familia.


Durante esos años, fue formando una espiritualidad propia relacionada con su vocación de empresario cristiano. Escribió: Hay que remediar las injusticias. […]. Considerar como deber de estado el ser eficientes; para poder distribuir más hay que producir más. Es necesario formar empresarios cristianos y darles un estilo de vida: contribuir a un mundo mejor, principalmente mediante la acción de cada empresario cristiano en su propia esfera. […]. Esta es una misión de religión y vida: tratar de santificarnos a través de la profesión y de santificar la profesión. Se debe crear la conciencia de una función empresarial concebida cristianamente, para lo cual tenemos que usar el método de la aplicación concreta. El sacerdote no solo eleva a Dios sino que trae a Dios a los hombres en la comunión. […]. El empresario debe encarnar a Cristo en la empresa

Entre las múltiples entidades en que actúa, participa en la Acción Católica y el Movimiento Familiar Cristiano. Junto con otros empresarios participa en la organización de ayuda a la Europa de post-guerra que en 1946 promueve el Episcopado argentino, respondiendo al llamado de Pío XII, e intenta crear una entidad para que los empresarios “sean más cristianos”.

Con el estímulo del Canónico Cardijn funda en 1952 la actual Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) y en intensa acción evangelizadora dirigida al país y América Latina promueve el ingreso a UNIAPAC (Unión Internacional Cristiana de Dirigentes de Empresa).


Enfermedad y Apostolado

En 1957, se le descubrió un cáncer. A partir de entonces, inició una lucha contra la enfermedad, lo que no le impidió mantener una intensa actividad: dando congresos, dictando conferencias, editando publicaciones, elaborando su diario y muchos manuscritos.

En 1958, con ideas de su participación en cursos en Harvard, ayuda a crear la Universidad Católica Argentina, de la que integró el primer Consejo de Administración. Participó en la fundación de Caritas y del Serra Club. También llegó a ser presidente de los Hombres de Acción Católica. Organizó una librería a la que llamó "Casa del Libro", una iniciativa apostólica para difundir temas de espiritualidad, de la Doctrina Social de la Iglesia y de otras cuestiones éticas y culturales. Su cada vez más frágil salud empeoró en 1962, aunque mantuvo hasta el final su labor como dirigente empresario. 

En la etapa final de su enfermedad en 1962, ante la necesidad de recibir transfusiones de sangre para mantenerse con vida, aproximadamente doscientas sesenta personas —en su mayoría obreros de la cristalería Rigolleau donde él trabajaba— se dispusieron a donar su sangre con esa finalidad.Enrique Shaw expresó: «Puedo decirles que ahora casi toda la sangre que corre por mis venas es sangre obrera»

Falleció el 27 de agosto de 1962, a los 41 años

 Proceso de canonización

El proceso de canonización comenzó en 1967 por parte del sacerdote Francisco Rotger. El proceso estuvo cerrado hasta el año 1996 cuando Monseñor Iriarte comienza los pasos previos a la canonización.

A fines de 1996 Monseñor Rodhe prepara los testimonios y registros de la vida de Shaw para ser presentados en el Vaticano. El cardenal Jorge María Mejía quien fue su amigo en vida, funda la «Comisión Enrique Shaw». En el año 2000 el cardenal Mario Aurelio Poli presenta su parecer teológico de las obras escritas de Enrique Shaw.

El 18 de abril de 2001 el en ese entonces cardenal Bergoglio realiza positivamente la consulta a los señores obispos sobre la oportunidad de incorporar la causa. El 26 de junio, el mismo Arzobispo designa una comisión de peritos en historia presidida por Mons. Mario A. Poli, e integrada por el Prof. Enrique M. Matochi y el Pbro. Carlos A. Costa, para recoger todos los escritos inéditos y los documentos históricos, sean manuscritos o ya publicados, que se relacionen con la causa.

El 16 de julio, el cardenal Bergoglio peticiona el «nihil obstat» a la Congregación para las Causas de los Santos en Roma. El 25 de septiembre, el cardenal Saraiva Martins, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos envió el nihil obstat para la causa de beatificación y canonización del laico Enrique Ernesto Shaw. Esto significa que no hay ningún obstáculo para seguir adelante con la causa.

Monseñor Poli definió a Shaw como “un hijo de la Iglesia y testigo de la Fe” con una “amplia cultura humanística” que vivió de manera intensa sus 41 años de vida, siendo “ejemplo de amor a Dios y al prójimo”. Lo recordó como “un laico comprometido en numerosos servicios de la Iglesia en su época” y fue quien encaró “la Doctrina Social de la Iglesia como inspiración en su quehacer empresarial”.

El 24 de abril de 2021 la Santa Sede reconoció las virtudes heroicas del hasta entonces, siervo de Dios, por lo que ahora es venerable.​ Actualmente se está investigando un posible milagro atribuido a su intervención, que de ser aprobado se lo nombraría beato.


Fuente: https://www.enriqueshaw.com/


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