Evangelio según san Juan 20, 1-9
El primer día después del sábado, estando todavía oscuro, fue María Magdalena al sepulcro y vio removida la piedra que lo cerraba. Echó a correr, llegó a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: “Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto”.
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos iban corriendo juntos, pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro y llegó primero al sepulcro, e inclinándose, miró los lienzos puestos en el suelo, pero no entró.
En eso llegó también Simón Pedro, que lo venía siguiendo, y entró en el sepulcro. Contempló los lienzos puestos en el suelo y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, puesto no con los lienzos en el suelo, sino doblado en sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio y creyó, porque hasta entonces no habían entendido las Escrituras, según las cuales Jesús debía resucitar de entre los muertos.
Homilía del Diácono Juan Manuel Gómez.
Nos dice el Señor: "También ustedes ahora están tristes, pero yo los volveré a ver, y tendrán una alegría que nadie les podrá quitar." (Jn. 16, 22)
Queridos hermanos realmente ¡Este es el día que hizo el Señor! Y Él nos regala la Alegría que solo brota del Amor de Dios derramado en nuestros corazones y que ha llegado bien hondo en la vida de cada uno de nosotros.
¿Quién de nosotros puede decir que no conoce la Alegría? Pero esta alegría nadie nos la puede quitar porque ¡Jesús ha resucitado!
El acontecimiento de la Pascua es el Misterio de nuestra fe. Muchas veces, quizás por rutinariedad de nuestra vida espiritual o religiosa, perdemos el entusiasmo de la novedad de la Buena Noticia, de la Alegría del Evangelio. Por eso la Iglesia, que es Madre y Maestra, nos actualiza en la memoria agradecida y nos invita cada año a hacer realidad este único misterio, no como un simple recuerdo o anécdota sino como auténtico Memorial. El Papa Francisco nos recuerda lo esencial de esta alegría para cada cristiano:
"La Alegría del Evangelio, la Buena Noticia que nos acompaña es que somos amados por Dios con ternura y Misericordia y estamos llamados a hacer resonar este anuncio gozoso en el mundo, testimoniándolo con nuestra vida, para que todos descubran la belleza del amor salvífico de Dios manifestado en Jesucristo muerto y resucitado" (Papa Francisco cf. Evangelii Gaudium 36)
Durante la Semana Santa y quizás en más de una ocasión en nuestra vida diaria miramos a Jesús Crucificado. Mirar la Cruz de Jesús nos hace conscientes del Amor de Dios. Pero ese Amor se derrama en nuestro Corazón para que podamos AMAR como él nos amó. Hemos mirado al Crucificado. Miremos ahora al Resucitado, vivo y presente en cada uno de los hermanos. Descubrir en el rostro concreto del otro a Jesús es el desafío de nuestra fe, encontrarnos y compartir nuestro dolores y alegrías es vivir como Resucitados, y así cada uno de nosotros con nuestros gestos y palabras hacemos presente la Alegría de la Pascua, la Alegría del Evangelio, que se hace vida para todos los demás.
El Señor Resucitado nos mira a cada uno y cada una y nos dice:《He resucitado, y estoy de nuevo contigo, aleluya》 (Cf. Sal 138, 18.)
El Papa Francisco nos recuerda cuan importante y necesario es no olvidar esta certeza:
"¡Él vive! Hay que volver a recordarlo con frecuencia: CRISTO VIVE. Porque corremos el riesgo de tomar a Jesucristo solo como un buen ejemplo del pasado, como un recuerdo, como alguien que nos salvó hace dos mil años. Eso no nos serviría de nada, nos dejaría iguales, eso no nos liberaría. El que nos llena con su gracia, el que nos libera, el que nos transforma, el que nos sana y nos consuela es alguien que vive. Es Cristo resucitado, lleno de vitalidad sobrenatural, vestido de infinita luz" (Papa Francisco Christus Vivit, 124).
Tenemos que "pasar" (pesaj-pascua) en nuestra vida a vivir como salvados y compartir esta alegría que nadie nos puede quitar en lo cotidiano y con cuántos podamos.
El Himno de la Secuencia de Pascua canta esta frase: "La muerte y la vida se enfrentaron en un duelo admirable. ¡El Rey de la Vida estuvo muerto y ahora vive!" Esto nos expresa también que cada uno de nosotros por el amor de Jesús resucitado PASA de la "muerte" en la tristeza, en la desolación, en el odio o en la división, a la vida plena en la alegría, la esperanza, el perdón, la unidad y la ternura.
La palabra Pascua (pascae en latìn, pesaj en hebreo) significa PASO. En el caso de los judíos representa el cruce del Mar Rojo, es decir el PASO de la esclavitud hacia la libertad.
Para los católicos se conmemora la Resurrección de Cristo, es decir, el PASO de la muerte hacia la vida eterna.
Por eso en estas Pascuas deseo de todo corazón que nos animemos y demos ese PASO.
El que nos haga pasar:
De la Resignación a la Acción;
De la Indiferencia a la Solidaridad;
De la queja a la búsqueda de soluciones;
De la desconfianza al abrazo sincero;
Del miedo al coraje de volver a apostar todo por amor;
De recoger sin vergüenza los trozos de sueños rotos y volver a empezar;
De la autosuficiencia al compartir el fracaso y los éxitos
De hacer las paces con nuestro pasado para que no arruine nuestro presente, Y de saber que de nada sirve ser luz, si no podemos iluminar el camino de alguien.
Tenemos una Alegría que ciertamente nadie nos puede quitar: Hemos sido salvados, hemos muerto con Cristo y hemos resucitado con Él.
¡Vivamos como Resucitados en la Alegría de la Pascua! ¡Feliz Pascua para todos!
Felices Pascuas para todos!!! Hermosas y profundas palabras del Diácono Juan Manuel. Así es dar ese PASO con fe y alegría porque no estamos solos Cristo Vive!!! Andrea Melian
ResponderEliminarFelices pascuas ,Jesus vive y espera de cada uno de nosotros las virtudes que nos dejo: un gran amor y desafio de fe en la accion de dar y asi alcanzar las gracias divinas aqui y en paraiso que nos prometio
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