viernes, 29 de diciembre de 2023

Navidad, tiempo de esperanza para tiempos difíciles.

Nos encontramos celebrando la Navidad, la octava de Navidad. Sin dudas es una navidad distinta para nuestro mundo, aunque cierto ya no estamos en el confinamiento por la pandemia, los desafíos y las crudezas de este mundo siguen presentes.

Debo confesarles que me interpela la realidad de hoy en día: tanto por las dificultades que estamos enfrentando como país, como por los conflictos armados que se están dando. Y un gran dolor produce la noticia que no se pudieron celebrar las misas de navidad en la misma tierra donde nació Jesús. Qué difícil es celebrar la Navidad sabiendo que tantas cosas tan dolorosas están pasando.

La fragilidad de las cosas terrenas se hace más presente que nunca y al darle vueltas a esta idea me preguntaba cómo encontrar el verdadero espíritu navideño… o más bien: ¿qué es el espíritu navideño?

La primera respuesta que me surge en el corazón es que el espíritu navideño es Jesús. Los regalos, que expresan el cariño entre los seres queridos, y la cena de navidad también es fruto de la gracia de Dios y del saber que Cristo ha nacido. Y ahí esta el centro de nuestra fiesta y de nuestra fe. La alegría está en un Cristo que salva, un Cristo que nos salva y un Cristo que salva en la medida en la que lo miremos, busquemos amarlo y centremos nuestra vida en Él. Nuestra alegría es Cristo.

¿Cómo se conjuga esa alegría con la crudeza de la realidad actual? Pues sobreabundan las fotografías de niños y mujeres palestinos muertos o desesperados. Pero la realidad misma del cristianismo esta plagada de paradojas.

La primera paradoja la encontramos en la esperanza mesiánica del mundo judío que ansiaba un liberador del tipo político-económico que les devolviera la autonomía y los liberara del poder de los romanos. Otra paradoja es que ese Niño-Dios que vino para salvarnos lo hizo de manera tan sencilla y humilde, tanto que le fue rechazado hasta un lugar digno para nacer. Y si reflexionamos sobre la navidad vemos que está llena de paradojas. Nuestra propia vida de fe está llena de paradojas.

En el pesebre la presencia de lo sobrenatural totalmente inserta en lo pequeño, lo ordinario y lo natural. Dios obrando desde lo concreto y ordinario, desde dentro del tiempo y de los acontecimientos, Dios obrando desde dentro de la materia. Siempre me imaginé la gracia de Dios y Dios obrando como (Alerta Spoiler) Neo en Matrix I, cuando logra ver los números que crean la Matrix. Asi como toda la realidad de la matrix esta compuesta por esos números, en nuestro mundo real todo está repleto de la gracia de Dios y todo es para nuestra santificación.

Hay que reconocer que cuesta ver esa gracia de Dios obrante en tanto mal, ya que la libertad de poder elegir el mal es algo que excede nuestra capacidad de entendimiento. Empezando “por casa” y los propios pecados, obviamente. Pero la luz que trae ese pequeño niño entre tanta oscuridad es absolutamente deslumbrante. Y lo más lindo de todo es que solo se deja ver a quienes abren los ojos a la gracia y buscan ver el mundo con asombro sencillez. «Dios eligió lo que el mundo tiene por necio, para confundir a los sabios; lo que el mundo tiene por débil, para confundir a los fuertes» (1 Cor. 1,27) nos dice Pablo y no porque sea un dios sádico que le guste confundirnos, sino más bien para ubicarnos en nuestra realidad de creaturas frente al Creador.

Difícil tarea es la de volver a dejarse sorprender y volver a nacer en la inocencia, sin perder la conciencia del mal en el mundo. Pero esto también puede ser un aliciente para animarnos a ir a por los más pequeños y sufrientes, los alter christus (otros cristos) despojados y rechazados y olvidados. Por otro lado, sobran los casos de santos que ofrecieron las incomodidades y sufrimientos que les tocó padecer por aquellos otros pequeños y olvidados. El poder de la oración y la intercesión es impresionante.

Navidad en tiempos difíciles es una invitación para volver a animarnos a buscar lo sobrenatural en lo natural, y para obrar en lo que nos toca de cada día, o bien ayudando un gran capital de gracia al rezar y ofrecer lo diario por aquellos más necesitados de gracia y conversión. Cristo vuelve a hacerse hombre para volver a decirnos que Él esta y estará con nosotros hasta el fin de los tiempos.


“Los ángeles siguen cantando”

 Jesús

vuelve a hacerse niño

para decirnos

que Dios no está lejos.

 Los ángeles siguen cantando:

“Paz en la tierra

a los hombres que ama el Señor”

Pidámosle

a su indefensa omnipotencia

que doblegue y disipe

la arrogancia de la violencia;

que cancele en los corazones

el odio

e infunda en ellos

el amor;

que dentro de poco

ninguna nación del mundo

recuerde ya

lo que es la guerra

 

(Chiara Lubich)[1]



[1] Chiara Lubich, Navidad para todos, (Bs.As., Ciudad Nueva, 1999)                                                                                                                                      

                                                                                                                                                      Autor: Victor Grinenco 


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miércoles, 13 de diciembre de 2023

Salud Mental y Navidad




Estamos llegando al final del año y diciembre nos invita a realizar revisiones y reflexiones sobre nuestras acciones y logros. También es el mes de los encuentros familiares, los sentimientos profundos y la presencia (o ausencia) de seres queridos que extrañamos.Dependiendo de las circunstancias en que te encuentres, es posible que no te sientas del todo bien, por lo que es crucial validar esos sentimientos y emociones. Ignorarlos solo puede causar daño, tanto a ti como a los demás.

Es importante recordar que existen diversas formas de manejar nuestras emociones y, en caso de necesitarlo, siempre está la opción de pedir ayuda. A veces, una conversaciónabierta y honesta, ya sea con un profesional o con alguien cercano, puede ser la mejor terapia. En ocasiones, lo que realmente necesitamos es simplemente un oído atento, más que consejos.

Cada vez que celebramos la Navidad, recordamos el nacimiento de Jesús, quien asumió completamente nuestra humanidad sin abandonar su naturaleza divina. Así como Jesús aceptó desde el primer día en la tierra nuestros sentimientos, fragilidades y necesidades, nosotros también deberíamos aceptar nuestras propias emociones, ya que forman parte de nuestra humanidad.

En el relato navideño, María y José, una pareja de inmigrantes, recibieron a Jesús en medio de la incertidumbre y la emergencia. De manera similar, la comunidad que nos rodea puede ser un espacio capaz de contener nuestras fragilidades y tristezas.

Al contemplar el pesebre, recordemos la Navidad que se nos invita a vivir. Un pesebre lleno de emociones, cuidado por José y María, y acompañado por un Niño Dios que comparte no solo nuestra carne, sino también nuestras debilidades. Aunque el pesebre con la presencia de Jesús, José y María ya representa la esencia de la Navidad, podríamos considerarlo incompleto sin los misteriosos personajes que traen alegría a los niños de todos los tiempos: los Reyes Magos con sus regalos.

Invitémonos a entrar en la escena como los reyes que somos a través del bautismo, quienes, al igual que ellos, han atravesado distintas circunstancias para adorar y ofrecer sus regalos al Niño Dios.

Te propongo realizar un gesto sencillo: coloca a los pies del Niño todo lo que sientes en tu corazón, ya sean alegrías, tristezas, ansiedades, etc. También puedes depositar en ese cofrecito simbólico tus circunstancias, sueños y anhelos. Como te dije antes, a través del bautismo fuimos consagrados reyes, y al adorar al Niño, nos unimos a ese momento especial del pesebre. Nuestros regalos son muy importantes para Él, ya que los sacamos de lo más profundo de nosotros mismos, con sinceridad, ya sea desde la alegría o el dolor.

Así como los niños se alegran cuando recibe un regalo, el Niñito Jesús se llena de gozo, no sólo por nuestros regalos, especialmente por nuestra presencia. Nos quedemos un rato allí, en el pesebre más único del mundo.

Que el Niño Dios nazca en nuestros corazones y que esta Navidad sea llena de significado y conexión con lo más profundo de nuestra humanidad.

Autor: Víctor Ramírez

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viernes, 8 de diciembre de 2023

1° Semana de Adviento - Hna Fernanda de María OP




La palabra adviento tiene origen latino y significa “adventus" es decir "venida". Nosotros la usamos este tiempo para referirnos a la venida de Jesucristo (teológicamente diríamos preparación para la segunda venida). Esa venida en modo humano de Jesús, Dios y hombre hace más de dos mil años se actualiza cada año y la Iglesia que es sabia y sabe guiar a sus hijos al encuentro de Jesús nos invita a prepararnos.

El Papa Francisco en el ángelus del día 3 de diciembre de 2023 enfatizaba la idea de “preparar el corazón para acogerlo con la oración y para hospedarlo con la caridad”, porque estos dos modos, dos preparativos, son los que “lo hacen sentirse cómodo”. 

El Evangelio del primer domingo de adviento (Mc 13, 33-37) nos hablaba de velar, es decir vigilar, porque no sabemos a qué hora va a regresar el dueño de la casa. Si nuestro corazón, nuestra vida como está hoy es la casa a la que va a venir Jesús, e invitamos a preguntarte: ¿cómo está?, ¿está ordenada y con olor limpio?, ¿está ventilada?, ¿está ocupada, llena de gente o vacía?.

Tal vez sea momento de aprovechar este tiempo hasta el 25 de diciembre ocupándonos en los preparativos que hagan, como dice el Papa, que Jesús al llegar de sienta cómodo. Y para esto no hay recetas universales, aunque sí algunas pistas. 

No hay recetas universales porque no hay un modo único de preparar la casa porque justamente, cada casa es única ya que es único el modo que tengo de relacionarme con Jesús en mi vida, de dale importancia a su Presencia, de servirlo en el hermano. Asimismo, soy único/ única para Jesús y Él es también único para mí, y en virtud de este vínculo tan especial la casa, la vida, el corazón, necesitará prepararse de una manera u otra. Te invitamos a mirar allí porque quizás te falte tiempo para estar con Él, visitándolo en el Sagrario, leyendo la Palabra, considerándolo y acogiéndolo en el hermano mediante la escucha o el servicio. Pensemos en eso, puede ser un tiempo de gracia para preparar artesanalmente nuestra casa para que Jesús (y tal vez otras personas también) se sienta cómodo en ella.

Y en cuanto a las pistas que nos da la Iglesia que es Madre, por una parte, es contemplar a María y a José, estar cerca de ellos para aprender estas actitudes de asombro, de acogida, de humildad. Mirarlos para preparar el cálido y simple pesebre para el Niño. También podemos en este adviento prepararnos frecuentando un poco más los sacramentos, especialmente la confesión y la Eucaristía. 

Preparemos el corazón con la oración y con todos los medios que tengamos cerca para que Jesús al venir, se encuentre cómodo. 

¡Ven pronto Señor!. Te esperamos con amor.

Hna. Fernanda de María OP

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viernes, 1 de diciembre de 2023

Llamados a la santidad en Adviento…




En el ajetreado movimiento constante de la vida cotidiana, especialmente llegando a fin de año, nos empezamos a preparar para celebrar el nacimiento de Jesús. Comenzamos a transitar el tiempo de adviento, tiempo donde iniciamos la preparación de nuestro corazón para la llegada de Jesús. Junto a Santo Domingo te invitamos a pausar por un ratito el ajetreo cotidiano y tomarte un tiempo para reflexionar y comenzar a preparar el corazón. 

Antes de empezar ¿conoces a Domingo de Guzmán?...Santo Domingo de Guzmán nació en Caleruega, España. Sacerdote que fundó la Orden de Predicadores, conocida como los Dominicos, con el fin de predicar el Evangelio y trabajar por la salvación de las almas. Domingo fue un ferviente predicador, durante el día hablaba a los hombres de Dios y de noche hablaba a Dios de los hombres. Un gran ejemplo de santidad.

El adviento, es tiempo de preparación y reflexión, un momento que nos hace recordar que la santidad no es solo para los santos del pasado, sino un llamado actual y para todos.

Este tiempo nos invita a darnos un tiempo para reflexionar sobre nuestra vida espiritual, a llevar la mirada hacia el interior y así preparar el corazón para la llegada de Jesús.

Siguiendo el modo de Domingo, podemos usar este tiempo para profundizar nuestro vínculo con Dios y comprometernos con la búsqueda de la santidad. La oración, el estudio, la predicación, los sacrificios y la caridad son modos que preparan nuestro corazón y nos acercan a la santidad.

La oración, para Domingo, era la base, y trascendía el mero acto ritual; era una conexión íntima con lo divino. Consideraba la vida de oración constante y profunda como el medio para potenciar virtudes y acercarse cada vez más a la perfección divina. En la contemplación, buscamos la guía divina, convirtiendo la oración en un sendero de transformación interior.

El estudio ocupaba un lugar fundamental en la visión de Domingo sobre la santidad. Para él, el conocimiento profundo de la fe fortalecía la relación con Dios y proporcionaba las herramientas necesarias para predicar con eficacia. Así, la formación se convertía en una vía para la santificación personal y para la difusión de la fe a través de la evangelización, como los nutrientes esenciales que alimentan el crecimiento de las plantas.

La predicación, Domingo se destacó por sus habilidades para comunicar el Evangelio, siguiendo su ejemplo en este tiempo pensemos cómo compartir con otros nuestra fe. Desde nuestra experiencia, siendo auténticos testigos de las acciones diarias, en el sentido de compartir la Buena Nueva. 

La caridad y el servicio desinteresado se convirtieron en expresiones tangibles de la predicación, manifestando la presencia de Dios en la vida diaria, llevando consuelo y esperanza a quienes más lo necesitaban, como la lluvia que nutre la tierra sedienta.

Domingo vio que esto no podemos hacerlo solos por eso entendió la importancia de la comunidad y motivó la vida en comunidad para ayudar y fortalecer la búsqueda de santidad.

El adviento es un tiempo especialmente valioso donde podemos compartir experiencias y metas espirituales con otros fortaleciendo así el viaje hacia la santidad. 

Domingo, a través de su vida de oración, predicación y servicio, nos deja un ejemplo valioso de búsqueda de santidad, por eso, te propongo para este adviento a realizar actos concretos de servicio y caridad, a poner la fe en acción, a amar y servir a los demás.

Que este adviento, sea un tiempo de crecimiento espiritual, de compartir comunitario y de preparación para recibir a Jesús. 

Cariños Maru.

Redacción: Maru Rodríguez 


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