viernes, 20 de octubre de 2023

UNA MISIÓN CON ESTILO SINODAL -SEBA IAKO


Desde el 2013 hasta el 2020 he participado de las Misiones Juveniles Arquidiocesanas de La Plata, mi ciudad, y han sido una fuente de riqueza comunitaria para mi Fe. Y estoy seguro de que este tipo de misiones, conocidas en mi ciudad como MJA, pueden contribuir a la configuración de un catolicismo no sólo más arraigado en la comunidad y orientado a la misión, sino también más congruente con el concepto de sinodalidad.

En primer lugar, es común observar que diversos grupos católicos en parroquias, instituciones educativas y movimientos religiosos realizan sus propias misiones. De esta manera, por ejemplo, la comunidad de Schoenstatt realiza su misión en la cual se vive la espiritualidad schoenstatteana con intensidad; un grupo salesiano organiza su propia misión acorde al carisma de Don Bosco; un colegio franciscano organiza su misión acorde a la espiritualidad de San Francisco de Asís. Es decir, hay distintos tipos de misiones según cada carisma. No obstante, el anuncio de la Buena Noticia es el mismo y, evidentemente, los abordajes misioneros hacia la comunidad misionada es la misma, pero el carisma que despliega el grupo particular marca una diferencia. Se ven distintas formas de orar, de rezar, de entender la misión, de organizar y realizar actividades.

Ahora bien ¿Qué implica una Misión Juvenil Arquidiocesana? Se trata de misiones que se llevan a cabo durante 11 días en áreas marginadas dentro de la arquidiócesis de La Plata, con la participación de jóvenes, tanto adolescentes como universitarios, provenientes de toda la arquidiócesis. Estos jóvenes representan una diversidad de grupos, incluyendo schoenstatteanos, salesianos, franciscanos, carismáticos, neocatecumenales, y miembros de movimientos como Colores, Aventura, Scouts, Exploradores, Acción Católica, Cáritas y Pastoral Social, entre otros. Incluso, participan en estas misiones los seminaristas, novicias, religiosas y sacerdotes. Todos conviven y colaboran durante 11 días, compartiendo actividades, celebraciones y brindando apoyo a los vecinos del barrio, acompañando sus angustias y desesperanzas.


En estas Misiones Juveniles Arquidiocesanas, he tenido la oportunidad de encontrarme con una Iglesia que es rica en carismas y talentos. Esta vivencia me ha permitido apreciar el valor único de cada grupo y entender cómo estos diferentes carismas contribuyen a la belleza completa de la Iglesia. En lugar de que los distintos modos de seguir a Jesús dentro de la Iglesia Católica se transformen en rivalidades eclesiásticas, donde algunos se consideran más cercanos a Jesús que la “otredad católica”, donde unos compiten por ser grupos más grandes que otros, estas misiones fomentan un espíritu de servicio colectivo. Porque en conjunto aprendemos a ser misioneros, buscando evangelizar territorios vulnerables, familias y personas que atraviesan situaciones difíciles.

¿Qué relación existe entre la sinodalidad y las Misiones Juveniles Arquidiocesanas? La relación es profunda. La mejor forma de aprender y transmitir la sinodalidad es a través de la práctica. Estas misiones promueven una oportunidad excepcional para fomentar la apreciación de la diversidad en la comunidad católica, donde diferentes melodías se unen en una armonía perfecta. 
Los jóvenes crecen sabiendo que su carisma o su grupo no son los que determinan únicamente cuál es la identidad del ser católico, y se destaca como valor importante la convivencia misionera con toda la Iglesia en su totalidad, donde nadie es “menos Iglesia” que otro por ser de un carisma diferente.

A su vez, los seminaristas, novicios y novicias incorporan en su formación esa convivialidad, ese espíritu comunitario que valora la voz de cada misionero, el talento y el carisma de cada uno y cada una, donde más se pueda aplicar la sinodalidad. De esta manera, esos futuros sacerdotes, religiosos y religiosas podrán testimoniar a la siguiente generación que no existe una única manera de ser católico, porque la uniformidad lo que hace es deformar las distintas formas de ser católico (parece un trabalenguas pero tiene sentido). La verdad de la Iglesia es sinfónica, y te lo explicamos acá.



Si eres asesor o acompañante de Pastorales Juveniles Diocesanas o Arquidiocesanas, te recomiendo (y te imploro) que organicen misiones de este estilo, englobando distintas parroquias, grupos, colegios y movimientos. 

La mejor manera de articular la misión con una perspectiva sinodal es a través de este tipo de misiones. Y estamos en un tiempo donde la Iglesia debe experimentarse menos dividida y más unida.

Si te interesa conocer más de la MJA,
 te invitamos a ver está miniserie 



Autor: Seba Iako


Te invitamos a ver este live

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