sábado, 20 de noviembre de 2021

Algunos tips para tu camino de santidad




¿Es posible alcanzar la santidad en pleno siglo XXI?

Si alguna vez te hiciste esta pregunta, estás en el lugar correcto.


Nuestra iglesia está llena de hombres y mujeres con testimonios de vidas marcados por la huella de Dios, y que nos recuerdan que la santidad es un llamado para todos. Pero muchas veces asociamos la idea de la santidad como una realidad de vida muy místicamente lejana a la nuestra, casi imposible.


¿Qué nos dice el Papa Francisco? Veamos:

«Para ser santos no es necesario ser Obispos, Sacerdotes, religiosas o religiosos. Muchas veces tenemos la tentación de pensar que la santidad está reservada solo a quienes tienen la posibilidad de tomar distancia de las ocupaciones ordinarias, para dedicar mucho tiempo a la oración. No es así. Todos estamos llamados a ser santos viviendo con amor y ofreciendo el propio testimonio en las ocupaciones de cada día, allí donde cada uno se encuentra». (Gaudete et Exsultate, 1)

El amor y el testimonio son un buen punto de partida para iniciar nuestra búsqueda de la santidad, amando a Dios y amando a los que nos rodean, pero con un sentido profundamente verdadero; no para crear un “testimonio” y buscando que la gente diga “Esta persona se la pasa en la iglesia y es buena con todos”.

El amor genuino no busca reconocimiento del mundo sino agradarle a Dios, y cómo podemos desviarnos fácilmente de ese sentido de amor verdadero, creemos que estos tips pueden ayudarte en tu camino de santidad:


1. Ser fiel en lo poco 

Si bien es cierto que los santos tuvieron grandes experiencias de fe, no fue así el comienzo de su vínculo con Dios. El Padre Pio no obtuvo los estigmas o sus dones milagrosos de un día a otro sin haber comenzado a vivir en el amor divino con intensidad.

Abandonar todo en las manos de Dios y permanecer fuertes ante la batalla es una gran cualidad que muchas veces es difícil mantener.  La palabra nos dice “El que es fiel en lo poco, es fiel también en lo mucho; y el que es injusto en lo poco, también es injusto en lo mucho” (Lucas 16, 10)

Pregúntate, ¿Estoy siendo fiel a Dios en las pequeñas cruces del día a día? ¿Estoy atendiendo a los llamados que Él me hace aunque parezcan pequeños?

 2.    Convierte la oración en un hábito diario

La vida de oración tiene subidas y bajadas, hay veces en las que podemos tener largos diálogos con Dios, y en otros momentos no tener ni una palabra que decir, también podemos sentir la voz de Dios en algunas ocasiones más que en otras, sin embargo es fundamental mantener la convicción de que siempre está ahí, dispuesto a escucharnos o brindando su compañía en el silencio.

Hoy en día existen muchas herramientas que nos pueden ayudar a mantener la llama de la oración: podemos escribir un diario espiritual, visitar El Santísimo, escuchar música cristiana, y hasta usar aplicaciones para rezar el rosario cuando vamos por la calle.

Se trata de incorporar momentos de oración en nuestra vida diaria, por la mañana, antes de comer, cuando viajamos en colectivo o antes de dormir. No hace falta empezar con cinco horas seguidas de oración, incluso si son momentos más breves pero vividos con real intensidad, podremos mantenernos en constante comunicación con Él.

 3.    Acude a la Eucaristía con frecuencia

Este es uno de los consejos más frecuente entre los escritos y palabras de los santos. La Eucaristía nos mantiene más unidos a Dios. Siempre que puedas, ve a misa, y no olvides de llevar el corazón abierto a recibir a Jesús. Siempre que se vive la Eucaristía con verdadera fe, alimentamos nuestra alma y avanzamos un poco más en esa autopista al cielo como la llama Carlo Acutis.

 

No hay una guía definitiva para ser santos, pero estas son algunas cosas que pueden darle un propósito de santidad a nuestra vida.

¿Qué otros consejos agregarías a la lista?

 


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