“Tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán por su nacimiento” Lucas 1:14
Falta muy poco para la navidad (el acontecimiento más importante de
la historia) y Jesús nos regala antes de su nacimiento, un nuevo adviento para
renovar nuestra relación con Él.
¿Qué es el adviento? Seguro lo escuchaste cientos de veces: El
adviento es el tiempo litúrgico previo a la navidad en donde preparamos nuestro
corazón para recibir a Jesús. Puede que hasta caigamos en la monotonía de vivir
el adviento igual que años anteriores: yendo a misa cada domingo con las mismas
lecturas, mirar el encendido de las velas y volver a casa después. Pero si
miramos con detalle, hay novedad incluso en las lecturas bíblicas que ya
conocemos; y es que la Palabra de Dios se renueva cada vez que la proclamamos y
escuchamos
Jesús no es una foto vieja que podamos mirar y recordar con
nostalgia, está vivo y presente. Es por eso que para vivir la navidad debemos
desempolvar nuestro corazón, así como cuando ordenamos la casa porque esperamos
una visita importante y queremos que todo esté limpio.
Ese orden en nuestra vida y nuestro corazón es propicio hacerlo
durante el adviento, sacando todo lo que nos aleja de Dios, es lo que hizo Juan
el Bautista “preparar el camino”.
¿Cómo empezar? Lo más recomendable es arrancar haciendo un examen de
conciencia para saber qué podemos mejorar. El adviento es un tiempo de penitencia,
ayuno y oración, pero solo cuando no se vive de una forma vacía, se logra transitar
ese camino con verdadera intención de recibirlo a Jesús.
En la parroquia en la que crecí, en Venezuela, cada año hacíamos un
calendario de adviento con propuestas para cada día que nos ayudarían a vivir este
tiempo conectados con Dios y con los demás. Diariamente había una acción para
profundizar en el adviento; desde donar algo a alguien que lo necesite, publicar
un mensaje esperanzador en las redes, hasta hacer una Lectio divina con alguna
cita bíblica.
Te cuento esto para darte una idea de cosas que podemos hacer
durante estas semanas porque aunque parezcan acciones pequeñas, son claves para
salir del “yo” y construir un poco más nuestro camino de santidad.
Pregúntate, ¿A qué debo renunciar? ¿Cómo puedo darle un sentido a
este adviento? El propósito de tu adviento estará en aquello que Dios ponga en
tu corazón, tal vez sea escuchar más a los que te rodean, o acercarte más a
Jesús. Es un bonito tiempo para poner nuestra vida en perspectiva y mirar eso
que debemos soltar para ser más como Él, pero no desde un sentimiento de
“obligación” sino desde la esperanza de que Jesús nace una vez más porque nos
ama, y por ese mismo amor abrimos nuestro corazón para recibirlo.
Te invito a escuchar esta canción en este tiempo de preparación, con
la intención de pedir a Dios que él sea el alfarero de nuestros corazones: