En esta 2° semana del mes de los mártires, presentamos la vida de Monseñor Enrique Angelelli. Hoy compartimos con todos ustedes un texto escrito por el P. Lorenzo González, quien fue ordenado por este obispo beato y mártir. También compartimos en esta publicación un audio del P. Lorenzo que nos detallada con mucha claridad y amor las cualidades de Monseñor Angelelli.
- ALGUNAS CUALIDADES DE MONSEÑOR ANGELELLI -
CAPACIDAD DE ACOGIDA - EL DON DEL DIALOGO
Esto era evidente en su
saludo, recepción y atención que prestaba. Alguna vez supo decir: “Dios nos ha regalado
el don de la acogida”. Pienso que lo dijo en plural por modestia, y para invitarnos
a entrar en esa dinámica. Brindar lugar, hacer espacio a otros es lo propio del
cristiano.
Como Dios nos recibe a nosotros
y nos da todo Como Abraham recibió a tres personajes misteriosos que lo visitaron
(Génesis 18 Como la Virgen María recibió al Verbo de Dios en su Encarnación
Como San José recibió a María y al Niño que venía en camino Como Santa Isabel
recibió la visita de María Como Lázaro y sus hermanas alojaban a Jesús en
Betania Como Pedro hacía lugar al Maestro en Cafarnaúm Como el centurión Cornelio
recibió a Pedro en su casa, en Cesarea (Hechos 10) Debemos destacar que Angelelli
tenía motivaciones hondamente espirituales en su actuar, rastreando las huellas
de Dios.
DESPRENDIMIENTO
Y POBREZA
Angelelli no tenía nada
Solamente una Fiat multicarga para andar. También tenía una manta marrón, una
boina y un sobretodo de invierno que lo obtuvo en un ropero de Cáritas Y la
mercadería y donaciones que traía de Córdoba las compartía en la Catedral, que
de alguna manera, era la casa de todos.
LA
POBREZA COMO DEPENDENCIA
En los últimos meses de
su vida (por el año 1976 nos dijo a los sacerdotes reunidos en Sañogasta: “Somos
pobres y dependemos de todo dependemos de Dios, de la Sede Apostólica, del
Poder Ejecutivo Nacional, y de nuestra gente que nos busca por tantas cosas y a
cuyo servicio debemos estar disponibles”.
Precisamente Jesús nos
enseñó a decir: “danos hoy nuestro pan de cada día” para que aprendamos a
depender y confiar en Dios, sin acaparar nada, y que no andemos buscando
apoyarnos en falsas seguridades que arruinan la vida
AMISTAD
Amigo sincero y fiel Se
interesaba por los demás, preguntaba por las dificultades, cuidaba y defendía a
los curas, los veía con frecuencia y los visitaba Consideraba que no hay que renunciar
a la amistad porque es algo sagrado.
Mostraba cordialidad
con toda persona, y de un modo muy particular con los pobres a quienes
escuchaba y tenía en cuenta El hombre valoraba la persona y quería a la gente
Todos encontraban eco en su corazón Era amigo en serio, y no por conveniencia
alguna.
JUSTICIA Y PAZ
Era el lema de su
escudo episcopal Justicia que deba asegurar el pan para todos, que pueda
responder a las necesidades fundamentales de la vida y nos lleve a la convicción
que los bienes de la tierra tienen un sentido universal, y que están al servicio
“de todos los hombres y de todo el “hombre”. Defendió con fortaleza la justicia
en contra de la explotación y opresión, para favorecer a los pobres, los
carentes de recursos y que no tienen voz.
Y la Paz, que es signo
y fruto de la sana convivencia entre los hombres, y que ha de fundarse en la
verdad, la justicia, el amor y la libertad. Paz que es la suma de todos los
bienes que Dios nos da, y hace posible que la gente sea feliz “Hacer felices a
los demás” era una frase que Angelelli repetía con mucha frecuencia.
FIEL
A SU PUEBLO, A SU HISTORIA, A SU IDENTIDAD
Esto se hizo evidente
en cuanto que asumió y alentó la religiosidad popular, las costumbres, tradiciones
y modos de expresar la fe de la gente. El respeto por estas cosas es todo lo
contrario de la imposición intolerante y de la invasión No fue un invasor sino
un servidor de la Diócesis, “caminando con el pueblo y desde el pueblo”, desde
“la óptica de los pobres”, es decir, según el modo de ver las cosas e
interpretar la realidad que tienen los pobres. De este modo, Angelelli procuró
imitar a Jesucristo que se identificó con los pobres, hambrientos, sedientos, forasteros,
desnudos enfermos, presos (Ver Mateo 25) Esto no ha sido un verso sino una gran
realidad en la vida de Angelelli. Esto yo lo he visto y experimentado muy de
cerca Hay que conocer y entender estas cosas para estar en la verdad acerca de
la persona en cuestión Ahora bien, los que mintieron y lo difamaron ignoran
esta realidad o se “hacen los locos” y no lo quieren reconocer. Tenemos que ser
honestos, no hay que buscarle sombra al sol, ni cinco patas al gato.