Desde hoy, te invitamos a caminar juntos y prepararnos para celebrar la fiesta de los mártires riojanos el próximo 17 de julio. A lo largo de estas semanas vamos a compartir fragmentos de una reflexión que se titula: "Mesa y Martirio. Aportes para comprender la mística martirial en La Rioja, en torno a la figura de la mesa compartida.". El autor de este texto es Alejandro Gross Bruna, licenciado en teología y religiones comparadas. También compartiremos testimonios y canciones.
Espero que disfruten este camino digital junto a los mártires. Agradezco a Alexis Rosales, seminarista de la diócesis de La Rioja por recomendarme esta propuesta.
-En este primera semana, Alejando nos ayuda a pensar y reflexionar en la mesa como imagen del Reino de Dios.
Lo central para Jesús: “El Reino de Dios”
Los cristianos tenemos como búsqueda
central y horizonte de nuestro camino el mensaje de Jesús. Creer en él implica
una búsqueda constante de la realización de su causa, hacer presente el Reino
de Dios. “Busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todas
esas cosas se les darán por añadidura” (Mt 6, 33). A través de los
siglos, los cristianos han vivido en una espiritualidad casi intimista y
desarraigada, la imagen de Jesús nos fue
propuesta casi sin ninguna relación con la realidad circundante.
El Reino de Dios se presenta como decisivo
en el mensaje de Jesús: no hay otra opción, lo central es la causa del Reino y
la justicia que de él nace. En los evangelios su causa se muestra como verdadera obsesión
de Jesús. Pero este Reino,
no busca ser una verdad alienante que se presente como ajena de la realidad
concreta, sino más bien, es una invitación a la transformación del mundo y sus viejas (aunque tristemente
vigentes) estructuras de relaciones injustas en un mundo nuevo profundamente
transfigurado, revolucionado, que posee como base la justicia. [1]
La mesa como imagen del Reino: ¿Una mesa para quienes?
Una de las imágenes más elocuentes y
significativas, que por lo general se utiliza para representar el Reino de
Dios, es la mesa o el banquete. Cuando Jesús quiere explicar
cómo es este reinado encontramos que
muchas veces lo identifica con una comida, tal vez porque la mesa se
torna un lugar de reunión, o porque es allí
donde nos alimentamos, o quizás porque es el lugar donde el alimento se
hace presente o ausente, de acuerdo a las relaciones de justicia que vamos
tejiendo comunitariamente.
Son diversas las narraciones de Jesús donde está incluida una comida.
La parábola de la “gran
cena” pronunciada por él (Lucas
14, 12-24) nos puede ayudar para comprender como es que utiliza la metáfora de la comida, para
explicar la dinámica del Reino y como en este los últimos de la sociedad se tornan en los
primeros en sentarse
en dicho banquete.
La mesa o el
banquete es una de las más importantes metáforas que utiliza Jesús para
explicar cómo es el Reino de Dios. Era común entre los judíos de su tiempo
utilizar esta imagen para describir el tiempo mesiánico, donde gracias al
mesías, las situaciones de pobreza, hambre e injusticias padecidas por el
pueblo ya no tendrían lugar, sino que todo se transformaría en “un gran
banquete”. Jesús, retoma esta
imagen ya conocida por el pueblo, para
describir cómo será y como espera Dios que sea el Reino.
Si observamos los invitados, en la parábola anteriormente
citada, al principio son un grupo
determinado de personas. Estos mediante una serie de excusas rechazan ser parte
de la cena. Frente a esta negativa surgen los verdaderos dueños de aquella
mesa, los dejados de lado, los marginados, aquellos que no tienen excusas,
porque verdaderamente tienen hambre. Los otros saciados de su vida y sus
bienes, no aceptan la invitación porque ya tienen sus propias mesas. Por el
contrario, los que si aceptan son los que no tienen mesa ni comida para poner sobre ella, estos son
los verdaderos convocados al banquete del Reino.
[1] Casaldáliga y Vigil (1992) Espiritualidad de la Liberación. Buenos Aires, Argentina: Centro Nueva Tierra. Pág 128
Autor: Lic. Alejandro Gross Bruna
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