domingo, 21 de febrero de 2021

1° Domingo de Cuaresma - Homilía del Cardenal Eduardo Pironio


Queridos lectores de este blog, los invitamos a caminar esta cuaresma con las palabras del Cardenal Eduardo Pironio, siervo de Dios:


"Señor, enséñame tus caminos. Es algo que vamos diciendo desde que se despertó en nosotros la voz del Señor que nos llamaba: Enséñame tus caminos: porque cada día son los mismos y son nuevos; son caminos idénticos, son los caminos de hacer siempre la voluntad de Dios. Pero todos los días hay una realidad nueva, una realidad distinta, tal vez de una manera muy gozosa un día y de una manera desconcertante y dolorosa, otro día. De una manera clara y de una manera también oscura.

Señor, enséñame tus caminos. Porque no sabemos qué es lo que nos puede suceder el día de mañana, o qué es lo que Dios tiene planeado adorablemente para nosotros en el día de mañana. Yo tengo una experiencia personal muy evidente. "Enséñame tus caminos". Pero no es únicamente mostrar por dónde se va y por dónde nos quiere llevar el Señor, sino también el modo como tenemos que ir realizando con serenidad, con paz interior, con alegría, ir haciendo de nuevo el camino del Señor: este camino del Señor exige en nosotros una continua conversión. Es la conversión que Jesús -el Evangelio del Padre- predica como tema central en el Evangelio de hoy: Convertíos, creed en la Buena Noticia. Y esta conversión no consiste en hacer cosas extraordinariamente grandes, sino en ser cada día más sencillamente fieles a lo que hemos ido repitiendo: Señor, enséñame tus caminos.

La conversión no es algo trágico. La conversión es un proceso sereno de vuelta a Dios, en la alegría de hacer, realizar, su voluntad: Convertíos. Como se convirtieron los primeros discípulos. En definitiva, toda nuestra vida de santidad en santidad, es una continua conversión. Cierto, hay una primera conversión: es el Bautismo; y otra conversión que es nuestra penitencia, nuestra confesión: un momento fuerte de nuestra vida en que el Señor nos muestra algo que quiere de nosotros y lo recibimos con alegría. Pero la conversión es un volver cada día serenamente al Señor y mostrarlo en la alegría y en la transparencia de nuestra vida.

¿Qué es convertirnos? Yo he pensado mucho en estos días si no es en transmitir en medio del pequeño sufrimiento o de los variados sufrimientos, mostrar la alegría: ser alegres. Mostrarla a pesar del sufrimiento y del dolor. No es hacer cosas grandes, es hacer cosas sencillas siempre con alegría nueva.

Hay algunos momentos en que uno piensa que el tiempo es breve para uno, después se olvida tal vez. Pero siempre, cada día que pasa, el tiempo va siendo más breve y va siendo más cercana la Eternidad y la consumación del Reino. Entonces, la apariencia de este mundo es pasajera: es decir, la figura de este mundo es pasajera; hay que vivir con fidelidad lo que Dios nos va pidiendo cada día. Y lo que nos va pidiendo, para terminar, es lo que Jesús en el Evangelio de hoy -tan completo, tan hermoso- nos va pintando. Primero, el tema central de la Buena Noticia, el Reino de Dios: El Reino de Dios está cerca.

Mejor todavía: El Reino de Dios ya llegó, porque el Reino de Dios es Jesús y el Reino de Dios está cerca porque está cerca la segunda venida del Señor. Entonces es necesario ir cambiando, ir convirtiéndonos, creer en la Buena Noticia: creer en el Evangelio. Y la Buena Noticia es que el Padre nos ama, que Jesús se adentra cada vez más profundamente en nosotros y nos comunica el Espíritu. La Buena Noticia es que nada pasa en nuestra vida que Dios no lo haya dispuesto por amor, aunque nos duela y nos desconcierte.

Y para vivir este Reino, para convertirnos, para creer en la Buena Noticia, Dios llama, Dios nos llamó: nos llamó en el Bautismo, nos llamó en la vocación religiosa consagrada, en la vocación sacerdotal. El Señor nos llama, y nos llama con nombre: Simón, Andrés, Juan, Santiago… Nos llama: lo importante es dejar enseguida, inmediatamente, las redes y seguirlo. Pero seguirlo inmediatamente todos los días y dejar las redes todos los días; también en las redes podemos enredarnos. Y seguir al Señor. Termina el Evangelio de Marcos: Y lo siguieron. Y antes, Simón y Andrés lo siguieron. Conviene que pensemos un poco si lo seguimos: la manifestación más clara de que lo vamos siguiendo es la serenidad y la alegría con que vivimos pequeños y grandes acontecimientos, gozos y dolores en nuestra vida.

Que María, la que siguió a Jesús la primera, nos enseñe a decir que sí y a seguir al Señor con alegría."

Homilía pronunciada por Cardenal Eduardo Pironio, siervo de Dios, en la Abadía de Santa Escolástica del 26 de Enero de 1997

También les proponemos rezar con el salmo 24 interpretado por Athenas y Tobias Buteler:


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jueves, 11 de febrero de 2021

El Beato Carlo Acutis y su devoción por la Virgen de Lourdes




Hoy celebramos el día de la Virgen de Lourdes. Nuestra Madre, la Virgen María manifestó de manera directa y cercana su profundo amor hacia nosotros apareciéndose ante una niña de 14 años, llamada Bernardita. Hoy queremos recordar también la devoción mariana que tenía el joven Carlo Acutis, beatificado el 10 de octubre del año pasado, un gran ejemplo de santidad para niños y jóvenes especialmente.

Breve relato de las apariciones de la Virgen de Lourdes

El 11 de febrero de 1858, tres niñas, Bernadette Soubirous, de 14 años, su hermana Marie Toinete, de 11 y su amiga Jeanne Abadie, de 12 años, salieron de su casa en Lourdes para recoger leña. Camino al río Gave, pasaron por una gruta natural donde Bernardita escuchó un murmullo y divisó la figura de una joven vestida de túnica blanca, muy hermosa, ceñida por una banda azul y con un rosario colgado del brazo. Se acercó y comenzaron a rezar juntas.

Testimonio de Bernardita: “Sentí como un fuerte viento que me obligó a levantar la cabeza. Volví a mirar y vi que las ramas de espinas que rodeaban la gruta de la roca de Masabielle se estaban moviendo. En ese momento apareció en la gruta una bellísima Señora, tan hermosa. Ella venía toda vestida de blanco, con un cinturón azul, un rosario entre sus dedos y una rosa dorada en cada pie. Me saludó inclinando la cabeza. Yo, creyendo que estaba soñando, me refregué los ojos; pero levantando la vista vi de nuevo a la hermosa Señora que me sonreía y me hacía señas de que me acercara. Pero yo no me atrevía. No es que tuviera miedo, porque cuando uno tiene miedo huye, y yo me hubiera quedado allí mirándola toda la vida. Entonces se me ocurrió rezar y saqué el rosario y me arrodillé. Terminando el rosario, me sonrió otra vez y retrocediendo hacia las sombras de la gruta, desapareció".

Entre el 11 de febrero y el 16 de julio de 1858, la Virgen María se manifestó en 18 apariciones a la pequeña Bernardita.

El 25 de marzo de 1858, la Virgen revela su identidad dándole a Bernardita la prueba que tanto pedía su párroco para creerle. La Virgen le dijo: “Yo soy la Inmaculada Concepción”. Bernardita no comprendía estas expresión, pero emprendió camino hacia la parroquia mientras repetía en voz baja estas palabras. Al llegar afirmó frente al párroco: “Ella ha dicho: ‘Yo soy la Inmaculada Concepción”. El párroco se emocionó ante la evidencia de lo sobrenatural. Cabe destacar que unos años antes, el 8 de diciembre de 1854, el Papa Pío IX definió el dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María en la bula “Ineffabilis Deus”. Esta manifestación de la Virgen se considera como una confirmación de esta declaración dogmática.

Gruta de la Virgen de Lourdes
(Sanagasta, La Rioja - Argentina)



Carlo Acutis y la Virgen de Lourdes

El joven beato Carlo Acutis, quien falleció con 15 años en el año 2006, fue un gran devoto de la Virgen María, de manera particular en las advocaciones de Lourdes y Fátima. En él la iglesia católica reconoce un ejemplo de santidad, a una corta edad se aferró a una fuerte devoción por la Eucaristía y por la Virgen María.  Algunos autores nos brindan información sobre esta devoción de Carlo:

- El autor Francesco Occhetta afirmó en su libro “La vida más allá del confín”: “Carlo es un apasionado de las historias de apariciones de la Virgen de Lourdes y Fátima. Visitó estos lugares con sus padres y compartió con sus amigos vídeos de estas visitas.”

- Nicola Gori, autor de “Un genio de la informática en el Cielo” y postulador de la causa de canonización del beato Carlo Acutis, relata en su libro que el joven Carlo visitó la gruta de la Virgen de Lourdes en el mes de febrero del año 2005, junto con sus padres y su abuela materna. "Delante de la gruta, Carlo hizo el voto a la Virgen María de permanecer siempre fiel al rezo del Rosario." También afirma Gori, que uno de los primeros rosarios que tuvo Carlo fue uno que le regalo una tía lejana, este rosario tenía símbolos de la Virgen de Lourdes.

En esta oportunidad quiero recordar una de las frases de Carlo: “La Virgen María es la única mujer de mi vida”, expresión que manifiesta el gran amor que Carlo tenía por la Virgen María, era su gran confidente con la que diariamente se encontraba al rezar el rosario.


Pidamos la intercesión del beato Carlo Acutis y de nuestra madre la Virgen María, confiamos a nuestra señora de Lourdes la salud de todos los enfermos.

Diego Olivera


Otras publicaciones sobre la Virgen de Lourdes:




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