lunes, 29 de junio de 2020

Centenario de la Aureolización Pontificia de San Nicolás (Reseña historica)


En el día de hoy, la diócesis de La Rioja celebra el centenario de la aureolización de la imagen de San Nicolás. La celebración Eucarística será presidida por Monseñor Dante Braida, obispo de La Rioja a las 20:00 Hs, en esta celebración el obispo bendecirá la aureola y la colocará nuevamente en la imagen de San Nicolás, patrono de esta diócesis. Dicha celebración será transmitida por Canal 9 y por las redes sociales de la diócesis. 

A continuación, podrán leer una breve reseña histórica sobre este acontecimiento tan significativo.  




"No se puede penetrar en el alma de nuestro pueblo riojano sin detenernos a reflexionar profundamente acerca de su devoción al patrono de la provincia y diócesis... San Nicolás, entregó lo mejor de su espíritu al servicio de sus hijos en la fe; como padre conciliar, hizo su gran aporte a la Iglesia de su tiempo, como Buen Pastor quemó sus energías, dio su vida por sus ovejas, por su pueblo”. (Monseñor Enrique Angelelli, al cumplirse 50 años de la aureolización)

Mons. Abel Bazán y Bustos, y aureolización de la imagen de San Nicolás 

Abel Bazán y Bustos se hizo cargo de la Vicaria Foránea de La Rioja en 1898, designado por el obispo de Córdoba, Fray Reginaldo Toro OP, luego de la designación, se aboca al proyecto de construcción de la nueva Iglesia Matriz, ya que el anterior templo fue destruido en el terremoto de 1894. En carta dirigida al obispo de Córdoba, Bazán y Bustos solicitaba que los recursos para la construcción de la Iglesia Matriz y la de San Nicolás, se unieran para la financiación de un sólo templo, atendiendo a los costos que demandaba dicha construcción. Según el Pbro. Juan Carlos Vera Vallejo esto no satisfizo a Bazán y Bustos, el celo que tenía por San Nicolás, lo lleva a buscar “un esplendor mayor para ese culto, un título más grandioso para su gloria y pensó en la aprobación pública y solemne que la Iglesia acostumbra hacer del culto tributado a determinadas imágenes por medio de la ceremonia llamada de la coronación”

Para ello Abel Bazán y Bustos, envía una carta en 1907 al Pbro. Vera Vallejo quien se encontraba en Roma, con el fin de que se informará sobre la posibilidad de la coronación Pontificia de San Nicolás, el Pbro. Vera Vallejo, por entonces estudiante, logra asesorarse por los Padres de la Compañía de Jesús, quienes lo ilustran sobre el particular, recomendando que resultaba procedente en este caso la aureolización, y no una coronación, ya que dicho honor sólo se concede a las imágenes venerables de Jesús y de su Santísima Madre. 

Con motivo de la visita ad limina de los obispos de argentina en 1913, Mons. Abel Bazán y Bustos logra entrevistarse con el Cardenal Marry del Val, secretario de Estado a quien lo unía una antigua amistad, para gestionar ante su Santidad Pío X la concesión pontificia de la aureolización a favor de la imagen de San Nicolás. Según el semanario católico "El Amigo del Hogar": “La providencia…allanaba los caminos y facilitaba los medios para el logro de lo que tan empeñosamente se perseguía”, pues el Papa Pío X profesaba al bienaventurado Nicolás una tierna devoción. El 13 de diciembre de 1913, en efecto S.S. Pío X extendía el rescripto por el cual se concedía la gracia y nombraba a Mons. Bazán y Bustos su delegado para el solemne acto, concediendo a la vez que impartiera ese mismo día la Bendición Papal. Desgraciadamente meses más tarde, fallecía el Papa Pío X, sin que se hubiese podido aun llevar a cabo la aureolización; de manera tal, que fallecido el delegante, la delegación quedaba sin efecto, lo que tornaba necesario una nueva autorización del reciente pontífice Benedicto XV.


Esta circunstancia no desalentó a Mons. Bazán y Bustos, quien interpretando fielmente los sentimientos y deseos de La Rioja no descansó, hasta obtener de S.S. Benedicto XV, el ansiado privilegio nuevamente. El Santo Padre por intermedio de su Secretario de Estado el Cardenal Gaspari, con fecha 18 de diciembre de 1919 confirmó y ratificó solemnemente el privilegio otorgado por su antecesor, en la misma forma que fuera antes concedido. Con dicha autorización muy pronto las autoridades eclesiásticas se aprestaron a preparar el gran acontecimiento.



Los preparativos para la aureolización

El Vicario Foráneo Mons. Manuel López, convocó en el local de la Vicaria el 13 de abril de 1920, a una reunión para intercambiar ideas sobre las fiestas de la “coronación” de San Nicolás; a la misma asistieron numerosos fieles que después de escuchar al Vicario, formaron una comisión central presidida por Mons. Manuel López, Carmelo Valdez, Pedro Agost, Tomas Vera Barros y Welindo Moral, dicha comisión se encargaba de confeccionar el programa de las fiestas y coordinaba las otras comisiones.

Para esta ocasión también el Vicario Mons. Manuel López, contrató al pintor Camiloni de Córdoba para que decorara el camarín de San Nicolás. En tanto que en la casa Festenessi y Defeo de Buenos Aires se construyeron las artísticas andas que estrenó San Nicolás, el día de su “coronación”. Las andas llevaban el escudo argentino en el frente, en su parte posterior el de La Rioja, a la derecha el escudo pontificio y a la izquierda las insignias episcopales.

El lugar elegido para el evento de la aureolización, fue en la plaza de ejercicios físicos del Colegio Nacional, en donde se levantó un templete bajo la dirección del Sr. Rodolfo Macchi. Dentro del marco de fiesta que se vivía en aquella época, “El Amigo del Hogar” del 23 de mayo de 1920 describe ampliamente como se encuentran trabajando las diversas comisiones para que “las fiestas de la coronación de San Nicolás, resulten brillantes y grandiosas. La comisión de festejo, ha tomado a su cargo la organización del banquete…debiendo también hacer preparar los fuegos artificiales y el biógrafo… la comisión de ornato harán construir un templete en la plaza de ejercicios físicos del Colegio Nacional, lugar el más indicado para el solemne acto; allí tendrá lugar la coronación y el pontifical… La comisión de beneficencia, organiza una fiesta con el objeto de allegar recursos para poder atender a los gastos que demanden la ropa que se dará a los niños pobres…La comisión de recepción además de preocuparse de los alojamientos para los peregrinos, ha resuelto regalar un álbum al Doctor Abel Baza y Bustos, en testimonio de agradecimiento por haber conseguido de la Santa Sede el privilegio para coronar a San Nicolás. La comisión pro velada literaria, tiene casi terminado el programa de la noche del 29 de junio”.
 

Por su parte el gobierno de la provincia se asoció a los festejos, dictando el Poder Ejecutivo el decreto declarando de interés provincial la celebración de la “coronación” de an Nicolás y declarando feriado los días de las fiestas, así mismo asumía el compromiso, el gobernador, de gestionar ante el Ministro de Instrucción Pública, que el feriado sea extensivo para el Colegio Nacional y la Escuela Normal. En tanto que las peregrinaciones se preparaban desde distintos puntos del país, para participar de tan digno acontecimiento, por ejemplo de Córdoba, el Rector del Seminario Pbro. Dr. Juan Carlos Vera Vallejo encabeza la delegación de seminaristas y riojanos residentes en aquella ciudad, de Catamarca bajo la responsabilidad del Secretario del Obispado Pbro. Aníbal Villagra se organiza una peregrinación de files y devotos del santo. Según el programa de actos, el 27 de junio se embanderó la ciudad y se arregló la calle Bartolomé Mitre para la recepción de los Obispos; el 28 de junio arribaron a la estación de trenes Mons. Bazán y Bustos, Obispo de Paraná Mons. Bernabé Piedrabuena Obispo de Catamarca, Mons. José Américo Orzali, Obispo de San Juan y los auxiliares de Córdoba Mons. José Luque y Mons. Inocencio Dávila.

El día de la Aureolización (El 29 de junio de 1920


29 de Junio de 1920


Finalmente el gran día llego, el 29 de junio las actividades se iniciaron muy temprano. A las 9:00 de la mañana, partió la procesión con la imagen de San Nicolás al punto de la aureolización, acompañada de una multitud de fieles quienes peregrinaron hacia el templete levantado en el campo de ejercicios físicos del Colegio Nacional (hoy Parque Juan Facundo Quiroga), la llegada de la imagen generó en la muchedumbre un clima de gran emoción y regocijo.



Según el texto del Pbro. Juan Carlos Vera Vallejo el acto se cumplió en nombre y por delegación de S.S. Benedicto XV, siendo Monseñor Abel Bazán y Bustos quien “con manos temblorosa y con lágrimas en los ojos colocaba la simbólica aureola de oro y pedrería sobre la frente bronceada de San Nicolás”; la hermosa aureola que el inmortal Pío X enviara bendecida por su augusta mano, lucía en la imagen del gran taumaturgo de Bari, después de la aureolización siguió el solemne pontifical y sermón alusivo al acto. Seguidamente en procesión regresó la imagen y los peregrinos a la Iglesia Matriz por la calle Bartolomé Mitre (Hoy calle San Nicolás de Bari) cuidadosamente adornada con banderas y gallardetes para la ocasión.

El acto de aureolización culminó con una velada literaria y musical en honor de los Obispos, las autoridades civiles, militares y los feligreses.  


Autor: Dr. Pedro Goyochea
Fuente: Comisión Diocesana de Liturgia de la Diócesis de La Rioja (Argentina)




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sábado, 27 de junio de 2020

La tumba de Carlo Acutis (Proyecto y Diseño)




Carlo Acutis (Londres / Inglaterra, 3 de mayo de 1991- Monza / Italia, 12 de octubre de 2006). Un adolescente católico italiano fallecido con 15 años, ha sido proclamado venerable por la Iglesia católica en el año 2018 y será beatificado el próximo 10 de Octubre.

En su vida espiritual se destaca su amor por la Eucaristía y por la Virgen María.

Carlo fue un joven muy divertido, le gustaba jugar al fútbol y también esquiar. Muchos lo consideraban un genio en informática, llevó adelante una investigación sobre los milagros eucarísticos en el mundo y con está información diseñó un catalogo digital de los milagros eucarísticos.

Carlo amó a Jesús Eucaristía, a la Virgen María y también al prójimo, especialmente a los más necesitados, fue voluntario en un comedor de los frailes capuchinos en Milán y de forma espontanea también realizaba obras de caridad con las personas sin techo que encontraba en la calle.



En octubre del año 2006 le diagnosticaron un leucemia del tipo M3 (Leucemia promielocítica aguda), esta enfermedad lo llevó rápidamente a la muerte, falleció el 12 de octubre con 15 años. Rápidamente se difundió su fama de santidad.

En el año 2012 comenzó el proceso de canonización, la Iglesia ya reconoció un milagro de Dios por la intercesión de Carlo, esto quiere decir que será proclamado beato, esta celebración será el próximo 10 de Octubre en Asís.

La Tumba de Carlo


Después de celebrarse la misa de exequias el 14 de octubre del año 2006, el cuerpo de Carlo fue traslado al cementerio de Milán y en enero del año 2007 fue traslado al cementerio de Asís, para cumplir el deseo que Carlo había manifestado antes de morir.

Cementerio de Asís
El 6 de Abril del año 2019, el cuerpo del venerable Carlo fue trasladado al “Santuario del Despojo”.

“Estamos aquí para sepultar sus restos mortales en este Santuario, para que su luz se encuentre y se funda con aquella que hace ocho siglos brilló en Francisco y que hace de Asís una ciudad especial. Francisco y Carlo ahora están indisolublemente unidos. Juntos, los cantores de la vida y el bien, germen del horizonte de una humanidad marcada por una crisis de época”, expresó Mons. Sorrentino en la homilía de este día.


Finalmente, el cuerpo fue sepultado en un monumento sepulcral en la nave derecha del santuario.

El tema requerido para este proyecto fue muy particular y conmovedor porque no se limitó solo al diseño y construcción de la tumba del venerable Carlo Acutis, sino que fue sobre todo para crear un espacio, un lugar para "respirar" y contemplar el misterio. de la figura de un niño que en su corta vida había captado la belleza de la santidad.



En lo sagrado del Santuario del Despojo, la inspiración llegó casi de inmediato: transmitir la sensación de elevación del cuerpo de Carlo al Cielo, a pesar del uso de materiales pesados como la piedra. Y aquí está lo emocionante del sarcófago: que al separarse del suelo, parece elevarse con su forma trapezoidal, lo que resalta aún más este efecto de suspensión y ligereza en el ascenso.


La elección de material como la piedra rosada es casi natural y significativa en Asís, teniendo en cuenta que muchos componentes de la iglesia que alberga los restos de Carlo (ver el piso) son del mismo tipo y color.

Para conocer e inspirarse en la figura de Carlo, muchos azulejos de un gran mosaico forman el fondo y se mueven irregularmente, contando momentos de la vida, figuras amistosas y pasiones del venerable joven, lo que demuestra su gran fe. Están representados con bajorrelieves en piedra clara y parecen cobrar vida gracias a una luz colocada en la parte posterior del sarcófago ... luz que amplifica aún más este momento donde el misticismo y la gracia se fusionan.





Para sellar este lugar sagrado como un sello, encontramos grabado en el sarcófago el símbolo de la Eucaristía, muy querida por Carlo, a quien llamó: "Mi autopista hacia el Cielo".



Para conocer más de la vida de este joven que será beatificado, les recomiendo este link: biografía de Carlo Acutis

Más publicaciones sobre Carlo Acutis:







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miércoles, 24 de junio de 2020

"El celular y nuestra vida interior" - P. Quique Bianchi




En las primeras décadas del siglo pasado se comenzó la fabricación en serie de automóviles y esto cambió para siempre el modo en que la humanidad se desplazaría. El entusiasmo general ante esta maravilla de la técnica pronto encontró una sombra: los accidentes de tránsito. Cuentan que las primeras muertes, a la asombrosa velocidad de 7 km/h, causaron una gran impresión en la sociedad. Seguramente no faltó quien declamara que todo el progreso del mundo no vale una vida. Pero la historia siguió su curso y la relación costo beneficio resultó ampliamente favorable para los vehículos a motor. Hoy son el principal medio de desplazamiento en todo el planeta y convivimos con el hecho de que -según la OMS- cada año mueran 1,25 millones de personas en siniestros viales o que en un país como Argentina sean la primer causa de muerte de jóvenes.

Tal vez algo análogo esté sucediendo en nuestro tiempo con la irrupción de internet en nuestras vidas. No pasó un cuarto de siglo desde que se popularizó en nuestro país y ya hace tiempo que sentimos que nos cambió para siempre. Diariamente llevamos en el bolsillo la posibilidad de conectarnos con quien sea, de escuchar cualquier música, de leer cualquier libro, de mirar cualquier película, de hacer cualquier pregunta. En la actual crisis sanitaria mundial esa capacidad de conectarnos resultó una verdadera bendición. Cuesta imaginarnos una cuarentena sin internet.

Pero nada es perfecto. Y el brillo de un beneficio innegable no nos dispensa de analizar sus costos. Un ejemplo muy actual en tiempos de pandemia es el teletrabajo. A la vez que mostró enormes posibilidades dejó expuesta una tendencia a invadir la intimidad de la vida familiar. Tanto que en las regulaciones que están apareciendo se contempla el derecho a la desconexión digital.

Pero ahora queremos llamar la atención sobre otra cosa: ¿cómo influye internet en nuestra vida interior? O mejor: si su uso transformó nuestra subjetividad, ¿qué espacio tiene la vida interior en el naciente homo interneticus?

Al hablar de vida interior nos referimos a esa dimensión de lo humano en que se vive para adentro. No es sólo el recogimiento de los sentidos, ni lo que percibe la conciencia. Es todo lo que se da en el corazón. Es el núcleo de sentido, la fuente de energía, el espacio donde maduran las convicciones que conducen nuestra vida. Es también el lugar donde nos religamos con Dios, en el que buscamos contemplar -como diría San Juan de la Cruz- los ojos tan deseados que tengo en mis entrañas dibujados.

El papa Francisco en su encíclica Laudato Si’ explica que el daño que le estamos haciendo al planeta tiene una de sus raíces en la globalización del paradigma tecnocrático. En palabras sencillas: nos acostumbramos a tratar a la naturaleza como si fuera una máquina. La vida tiene sus ritmos, la tecnología otros. Un robot puede trabajar las veinticuatro horas, una persona no. La tierra nos ofrece sus frutos, pero necesita tiempo.

Algo parecido nos puede pasar con el arraigo del uso de internet en nuestro ritmo vital. Nos acostumbramos a una velocidad de vértigo y nuestro espíritu necesita su tiempo para asimilar lo que recibe. La sabiduría va madurando en un lento proceso de acumulación de sentires y vivencias. Vivir en un torbellino de distracciones nos hace seres superficiales y -por tanto- fácilmente manipulables. No hay que ser ingenuos y olvidar que el fin principal de internet es comercial. Google antes que un fabuloso oráculo es una enorme empresa de publicidad. La lógica comercial se lleva mejor con personas que deciden, no según convicciones profundas, sino impulsados por sus emociones. Se propone como ideal de felicidad el vivir saltando de una distracción en otra. “Hay que divertirse, la vida es corta” se dice, y no reparamos que con ese eslogan además de corta se la hace estrecha. La vertiginosa estimulación que recibimos de internet ayuda a que -desde pequeños- naturalicemos la lógica de consumo (“niños de pantalla bienvenidos al mercado” cantan Ciro y los Persas).

Estas consideraciones podrían extenderse y presentar matices, pero con lo dicho hasta aquí alcanza para entender el punto que queremos destacar: la tecnología -hoy omnipresente en nuestras vidas- no favorece la vida interior y eso, que tantos riesgos nos trae de vivir una vida menos humana, tiene también sus peligros para nuestra vida de fe. La fe es ante todo una entrega a Dios. A un Dios que nos amó primero, sin ningún mérito de nuestra parte. Es una fuerza que nos impulsa a dar un salto hacia Dios en un movimiento de respuesta a su amor y que lleva a amar a los que Dios ama, a todos. Ese encuentro y ese movimiento de amor toma toda la persona, pero nace de lo más íntimo del corazón. Tener sepultada la vida interior por una saturación de estímulos deja a la fe sin raíces. Vivir corriendo tras los impulsos emocionales nos condena a una fe superficial, a buscar permanentemente emociones religiosas, a vivir con apenas un barniz de cristiano.

La vida humana tiene sus ritmos. Y necesita cuidado para su desarrollo. Es muy útil viajar a 120km/h, pero esa velocidad me puede costar la vida si no me cuido. Lo mismo vale para mi espíritu. Mi vida interior necesita que la cuide y en el bolsillo llevo un enchufe a un ritmo que puede empobrecerme como persona y como cristiano. Los evangelios cuentan que Jesús después de atender a una multitud y alimentarlos con cinco panes y dos pescados se retiró a la montaña a rezar. Como le escuché decir a un joven amigo, Jesús sabía ponerse en modo avión… 

Autor: P. Quique Bianchi (diócesis: "San Nicolás de los Arroyos" - Buenos Aire)


Otras publicaciones del P. Quique Bianchi en este blog:


"Los pobres nos salvan"

Angelelli: ¿qué significa martirio “en odio de la fe”?

"Fui homeless y me echaste de tus ciudades"

"Una Iglesia de rostro amazónico y el escándalo de la inculturación"



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domingo, 7 de junio de 2020

"En el nombre de la Santisima Trinidad" - Monseñor Angelelli




¡Qué hermosas son las lecturas de esta fiesta de la Santísima Trinidad!
Ellas nos deben ayudar a reflexionar con mucha sinceridad de corazón.
Comienza por introducirnos así: “bendito sea Dios Padre y su Hijo Unigénito Jesucristo y el Espíritu Santo, porque ha tenido misericordia de nosotros los hombres. Reconoce, pues, hoy y medita en tu corazón, que el Señor es el único Dios allá arriba en el cielo y aquí abajo en la tierra; no hay otro. Guarda los mandamientos que yo te prescribo hoy, para que seas feliz, tú y tus hijos y prolongues tus días en el suelo que el Señor tu Dios te da para siempre. (Deuteronomio 4, 39-40). Dichosa la Nación cuyo Dios es el Señor. Hermanos, alégrense y trabajen por perfeccionarse; anímense mutuamente; tengan un mismo sentir y vivan en paz. Y el Dios del amor y de la paz estará con ustedes. Salúdense mutuamente con un beso santo. Así la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre Dios y la comunión del Espíritu Santo estará siempre con ustedes... (2 Corintios 13, 11-13).

Desde niños, amigos, hemos aprendido a confesar, invocar, adorar y bendecir a Dios, desde la mañana cuando despertamos hasta la noche antes de entregarnos al sueño y al descanso. Lo hacemos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Y en el Nombre de la Santísima Trinidad bendecimos nuestros trabajos; nuestras obras al iniciarlas; nuestro pan de cada día; nuestros enfermos; nuestros niños; nuestros ancianos. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo bautizamos a nuestros hijos; hacemos los testigos de la Fe cristiana en la Confirmación; perdona la Iglesia los pecados, por el poder recibido de Jesucristo y con la fuerza del Espíritu Santo; consagramos el amor de los nuevos hogares; celebramos la Eucaristía; ungimos a nuestros enfermos; despedimos a nuestros muertos. En el Nombre de la Santísima Trinidad tenemos modelos de vida santa e intercesores en el cielo en los santos; colocamos la cruz en cada cuna y en cada tumba; en el nombre de la Santísima Trinidad se fundó nuestra ciudad de todos los Santos de la Nueva Rioja; consagramos nuevos sacerdotes y consagran sus vidas nuestras hermanas religiosas; nuestros laicos asumen la responsabilidad de hacer una sociedad nueva según el Evangelio de Cristo. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, al señalar el rostro de cada hombre con las aguas bautismales y la unción del óleo santo reconocemos la dignidad de cada hombre, hecho a imagen de la Trinidad y templo vivo de Dios. En el nombre de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo trabajamos para hacer de nuestra tierra una tierra de justicia y de paz; una tierra de hermanos y de esperanza; una tierra que haga felices a todos sus hijos. El sello de Dios está en cada hombre; no importa su raza, su manera de pensar y de vivir. En el nombre de Dios Padre fuimos creados para ser hermanos, hijos de un mismo Padre e iguales entre nosotros; así salimos de las manos de Dios, aún cuando no le reconozcamos ni alcancemos a distinguir su rostro en el rostro de los demás.

Es bueno que recordemos estas verdades fundamentales en el día de la Patria. Nos hace mucha falta. Porque podemos estar buscando con las palabras la ansiada paz, la justicia y la fraternidad y con las obras concretas de cada día no ser consecuentes. Es hora de profunda reflexión y de gran sinceridad ante Dios y ante nosotros mismos. Porque cuando a diario constatamos nuestra realidad, encontramos también que el Templo vivo de la Santísima Trinidad que es el hombre argentino, está profanado de muchas maneras y situaciones. Y recibimos el mandato de Cristo, que nos trajo la vida de Dios a los hombres: “vayan por todo el mundo; hagan discípulos en toda la tierra; bauticen en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enséñenles a guardar todo lo que les he mandado. Y sepan que estoy con ustedes hasta el fin del mundo”. Esto nos hace exclamar: “Señor, qué admirable es tu Nombre en toda la tierra” (Sal. 8). Todo esto que estamos reflexionando nos hace comprender mejor nuestra fe cristiana, nuestras celebraciones sacramentales; nuestros santos patronos; nuestro hambre y necesidad de paz, justicia, fraternidad, esperanza y alegría de vivir; la Iglesia; su misión y la pascua de Cristo que entrega a los hombres y la misma vida de los hombres, tiene como fundamento y como fuente de VIDA en plenitud, a Dios Padre, Hijo y E. Santo. San Pablo nos dice: “en Dios, existimos, nos movemos y somos”.

La celebración del “Corpus Christi”
El jueves próximo celebraremos la fiesta del Corpus Christi. Por exigencia de nuestra fe cristiana y siendo, también fieles a nuestra tradición, esta celebración tiene el sentido público como pueblo de reconocimiento, adoración, alabanza y acción de gracias a Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, por Jesucristo, verdaderamente presente en el Santísimo Sacramento. Cristo mismo nos lo acaba de decir: “estaré con ustedes hasta el fin del mundo”. Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, se hizo hombre como nosotros, por eso podemos conocer a Dios trinitario, tener la misma Vida de Dios en nosotros, y reconocernos los hombres como hermanos. Por Jesucristo sabemos que somos el templo vivo de Dios y que la Santísima Trinidad ha puesto su casa en el corazón del hombre. Celebrar el Corpus Christi es celebrar la plenitud de la VIDA NUEVA traída por Cristo a los hombres por su Cruz y su Pascua. Es celebrar la reconciliación con Dios y entre nosotros. Es celebrar el encuentro como pueblo, redimido, santificado y enviado a reconstruir la vida en los hombres siendo testigos de la ALEGRÍA y de la Esperanza de su Evangelio.

El Papa Pablo VI, acaba de darle al mundo un estupendo documento sobre la “alegría cristiana” como fruto del Espíritu Santo en este Pentecostés que acabamos de celebrar. Celebrar la Eucaristía así, no debe ser sólo para la fiesta del Corpus Christi, sino que lo debe ser cada vez que la celebramos en nuestras parroquias, capillas, o lugares apropiados para ello. La Eucaristía, que es la Santa Misa, no es ni puede ser propiedad de una persona particular o de una familia; la eucaristía es la celebración de toda una comunidad y el encuentro fraternal de quienes confesando la misma fe, al mismo Señor Jesús; de quienes nos traen a la mesa del altar la vida de una comunidad con sus alegrías y sus dolores para unirlos a Cristo y ofrecerlo a nuestro Padre Dios. En ella, también, pedimos por nuestros muertos. En la Eucaristía no celebramos la muerte sino la Vida, aunque la celebremos por nuestros muertos. En este sentido, deberemos ayudarles a comprender y vivir mejor las celebraciones de las misas que se celebran en la diócesis. Toda Eucaristía que se celebre en la diócesis debe ser siempre el signo de la unión de todos y no signo de división. Quienes tenemos el ministerio sacerdotal deberemos estar muy atentos a esto para que ella sea verdaderamente el encuentro y la celebración de la fraternidad de un pueblo que se quiere y camina unido buscando la felicidad de todos, como la gran tarea a realizar cada día.

La fiesta de nuestros santos patronos será completa, cuando en ella celebremos la Eucaristía y participemos en ella reconciliados con Dios y entre nosotros. Así lo vivieron nuestros santos patronos, así lo quiere Dios y nuestra Madre la Virgen, así recogeremos mejor el fruto cristiano en nuestras fiestas y el compromiso de vivir fraternalmente construyendo una Rioja nueva. Sobre esto tendremos ocasión, Dios mediante, de seguir reflexionándolo. La Iglesia quiere y enseña que nosotros los cristianos conozcamos mejor la Misa, la celebremos participando plenamente en ella y volvamos a la vida de cada día con un mayor compromiso de vivir con lo demás lo que hemos celebrado en la mesa del altar.

La celebración del Corpus de este año, deberá ser un gran encuentro con Cristo presente en el Santísimo Sacramento. Tenemos mucho que agradecerle y también mucho que pedirle. Pero le pediremos, especialmente, unidos a todas las diócesis del país, que nuestra tarea pastoral del año sobre el “matrimonio y la familia” sea bendecida por nuestro Padre Dios. Porque sentimos la necesidad de apuntalar nuestros hogares y preparar los futuros, pongamos el sólido fundamento de la oración para que alcancemos los frutos que esperamos de las familias riojanas y de toda la Patria.

Esperanzados y con una visión más alegre y optimista de la vida, pongamos también ante la presencia eucarística de Cristo a la Patria. Hoy, en nuestra fiesta Patria, le pedimos en esta Eucaristía, que escuche y acoja el dolor y la esperanza de nuestro pueblo argentino. Que lo que se está gestando con sangre y sufrimiento no sea en vano. Que nos dé la fuerza y el coraje interior para que los argentinos seamos artífices de un... Gloria al Padre…

Homilía de Monseñor Enrique Angelelli, 25 de mayo de 1975  


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