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martes, 20 de agosto de 2019

"TIERRA, MADRE DE TODOS" - Marcelo Figueroa



"La importancia de las traducciones bíblicas en lenguas amazónicas y su rol en la ecología integral."

Mucho más que oportuna y urgente es la sugerencia “Incentivar la traducción de la Biblia a las lenguas originales de la Amazonía” en el Instumentum Laboris del Sínodo. Además, que ésta se enmarque dentro del capítulo de “Diálogo ecuménico e interreligioso” no solo le da un contenido ecológico integral religioso y lingüístico, sino que representa un continente ecológico integrador para el cuidado de la casa común desde una mirada antropológica y de subsistencia para estas comunidades aborígenes amazónicas.

Las ciencias de las traducciones bíblicas han debido transitar un camino integrador, inclusivo y ecuménico desde lo teológico y misionológico para volver a la misma raíz incultural de la Palabra encarnada (San Juan 1,14a) y al mismo tiempo transitar caminos para que “a partir de las Sagradas Escrituras procurar dar un testimonio común” , de una evangelización sin conquistas. 

De las antiguas traducciones que realizaban los misioneros que se esforzaban por aprender los idiomas originarios, se pasó a la imprescindible tarea de los referentes lingüísticos de esos pueblos para que sirvan como base y desarrollo del texto traducido. Entonces, la literalidad en la traducción debió por fin dejar paso a la dinámica y vitalidad idiomática de cada etnia, conservando su cosmovisión, costumbres, hábitat, cultura y costumbres. En esta tarea resulta fundamental el rol de la mujer aborigen que a menudo se constituye en la reserva idiomática de su comunidad y la garantía de conservación temporal lingüística al utilizar su propio idioma en el cuidado de los niños. Un ejemplo clave de ello es la conservación y desarrollo del guaraní en donde el lugar de la mujer que, sobreviviendo a la guerra del Chaco resistió la conquista idiomática de la lengua de su corazón y fundó las bases para que este idioma aborigen sea ahora lengua oficial de Paraguay. 

La admirable interacción de los habitantes de las comunidades aborígenes amazónicas con lo creado resultará fundamental para la correcta traducción de la enorme variedad y cantidad de elementos de la fauna, flora y cosmos en los relatos bíblicos que en sus lenguas fuentes son propias de un hábitat de origen muy diferente. Por otro lado, el concepto de distribución comunitaria de los bienes de la tierra - que a muchas traducciones bíblicas le dificultó la comprensión y traducción del término “ayuno” como privación de comer lo que se tiene hoy por la gracia de la Madre Tierra - serán desafíos maravillosos para esas traducciones. Ambos conceptos, el de un bienestar comunitario solidario y el de una Madre Tierra proveedora y acogedora expresadas en una traducción, despejarán por sí solas el avance de algunas teologías apocalípticas, dominianistas y de prosperidad individual que “impactan negativamente en grupos amazónicos”.

Por otro lado, que “otros grupos que están presentes en medio de la selva amazónica junto a los más pobres realizando una labor de evangelización y de educación…permite que ellos divulguen la Biblia traducida a las lenguas originarias ”, presenta por lo menos dos desafíos y contribuciones socio-culturales. En primer lugar, los miles de vocablos necesarios para traducir el texto bíblico - que dicho sea de paso muchas veces no superan al enorme volumen idiomático de estas comunidades - se constituirán tal la experiencia con otras traducciones aborígenes en una suerte de diccionario impreso. Este valor bibliográfico, sería un aporte fundamental en la preservación y fijación del idioma aborigen en el concierto de la ecología idiomática y una fortificación lingüística en su histórica defensa por su libertad e independencia cultural. Por otro lado, sería imprescindible abordar las traducciones aborígenes en formatos de audio-escrituras. Esto no solo contribuiría a reconocer la valoración de sus idiomas orales o ágrafos como su propio universo cultural, sino que se insertaría en las raíces mismas de las ciencias bíblicas que reconocen a la transmisión oral como inicio y fuente de conservación de los relatos sagrados. 

Por todo ello, que los biblistas, teólogos y agencias bíblicas de todas las confesiones cristianas comiencen a trazar líneas de trabajos en estas direcciones tal como lo sugiere el documento comentado, resultará fundamental para que estas traducciones, siempre realizadas a pedido de las comunidades aborígenes, se constituyan en puentes de encuentro y de integración en la ecología integral expresada en los términos del primer párrafo de este artículo. "

Publicado en en L’Osservatore Romano,
7 de Julio, 2019



Autor: Marcelo Figueroa
(Presbítero de la Iglesia Presbiteriana y editor del L'osservatore Romano en Argentina)

Todos los martes encontraran en este blog, una publicación sobre el "Sínodo de la Amazonia".

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