«Me contaba la buena Hna. Pastora Pirandelli, superiora del Colegio de
N. S. del Huerto, que ella pedía siempre a la Sma. Virgen que me alcanzara de
Dios la gracia de la vocación religiosa. Lo cierto es que insensible y
dulcemente empecé a sentir deseos de ser sacerdote, con gran contento de mis
cristianos padres», cita Entraigas del diario de Orzali.
Así, de tanta oración, el Padre le regaló a Américo José el don de la
vocación sacerdotal. La hermana, que tanto había rezado por ello, no se quedó
de brazos cruzados, sino que hablando con el padre jesuita que era director
espiritual del seminario, solicitó el ingreso del joven años al seminario.
«El joven Américo J. Orzali entró en el Seminario Conciliar el 24 de
mayo de 1877 para cursar latinidad. José Sató, Rector». Así reza el expediente
por el cual se autorizó a Ameriquito a iniciar sus estudios del primer año de latín.
Durante su seminario se muestra ejemplar en el estudio y en su
conducta. Es nombrado Betel de los menores, y con tan sólo 19 años, sabía
escuchar y aconsejar a sus hermanitos.
Fue durante su seminario que invierte su nombre y comienza a firmar
como José Américo Orzali, en honor y respeto al Patriarca de la Iglesia, su
querido san José. Es en el seminario donde se encuentran las profundas raíces de su celo
apostólico y de su amable trato.
El 5 de marzo de 1879 recibe la tonsura y las cuatro órdenes menores (ostiario, exorcista, lector y acólito). El 29 de marzo de
1884 recibe el sub-diaconado de manos de Monseñor Aneiros; y el diaconado el 30
de mayo del año siguiente, en Montevideo (Uruguay), de manos de Mons. Mattera,
a quien servía de secretario personal. Al mes siguiente parten para Roma.
En la Ciudad Eterna completa sus estudios teológicos. El 19 de
diciembre de 1885, con la dispensa de S.S. León XIII, es ordenado sacerdote por
Mons. Mattera, en el Colegio Pio Latino Americano. El 25 de diciembre canta su
primera Misa en Santa María in Valicella. Al nuevo sacerdote le ofrecen seguir la carrera diplomática en el
Vaticano, oferta que rechaza para viajar a su tierra y ser apóstol entre los de
su propia raza. El 9 de enero de 1886 emprende viaje de regreso a Argentina,
donde arriba dos meses después.
«En la capilla del Colegio del Huerto, junto a las religiosas que
conoce desde pequeño, celebra su primera Misa en tierra argentina. Poco después
Mons. Aneiros fija su primer destino en una parroquia de Buenos Aires» (Castro,
1998). Nuestra Señora de la Piedad, será la primera comunidad en ver al
flamante sacerdote en su incansable labor.
Autor: Martín Sillero
Bibliografía:
CALATAYUD, Ángel (1960). Rosas. Ediciones Rosarinas. Buenos Aires,
Argentina.
CASTRO, Ana E. (1998) José Américo Orzali. Fundador, Obispo y
misionero. Arzobispado de San Juan de Cuyo. San Juan, Argentina.
DE JESÚS, María Araceli. (2012). Padre y Pastor: Vida y obra de Mons.
Américo Orzali. Ágape Libros. Buenos Aires, Argentina.
ENTRAIGAS, Raúl A. (1949) El Buen Pastor de Cuyo. 2da edición.
Editorial Difusión. Buenos Aires, Argentina.
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