En el día de hoy el padre Pablo Pastrone presentó un libro sobre Monseñor Angelelli y compañeros mártires, a continuación podrán leer la presentación del libro (de Monseñor Colombo, Arzobispo de Mendoza) y el prólogo escrito por el P. Pastrone
PRESENTACIÓN
Aquella mañana del 8 de junio de 2018 nuestra alegría
no podía ser mayor. El papa Francisco nos comunicaba la buena noticia de la
declaración del martirio de Mons. Enrique Angelelli, los sacerdotes Carlos
Murias y Gabriel Longueville y el laico Pedernera, y en esa breve y emotiva
llamada telefónica del Santo Padre, sentíamos el abrazo de toda la Iglesia que
testimoniaba de modo formal e indeleble la naturaleza y características de la
entrega de estos cuatro hombres, testigos crucificados del Reino de Dios.
En estos días hemos conocido la fecha precisa en que
tendrá lugar la beatificación en La Rioja; será el 27 de abril, en providencial
coincidencia con la celebración de la fiesta de Santo Toribio de Mogrovejo,
extraordinario pastor latinoamericano, arzobispo de Lima y evangelizador de
nuestro continente en el siglo XVI.
Durante mis años de obispo de La Rioja, tuve la gracia
de conocer numerosos testimonios sobre la vida y la misión de nuestros cuatro
mártires, testimonios que me hablaban de una entrega generosa en respuesta al
llamado evangélico del Señor: el ministerio episcopal, la vida consagrada, el
ministerio presbiteral misionero y el compromiso con la comunidad a través del
amor familiar y del trabajo. Cada año desde mi llegada en 2013 acompañé las celebraciones
que los evocaban en toda la valía de su ser en el día de su muerte. Disfruté,
canté, me emocioné y lloré junto a mi pueblo chayero en cada una de esas
fiestas densamente riojanas. La oración litúrgica se hacía así, en Chamical,
Sañogasta y Punta de los Llanos, memoria agradecida y compromiso con el duro
presente a transformar según el proyecto de Dios.
En vistas a la preparación espiritual que nos pide la
beatificación de Enrique, Carlos, Gabriel y Wenceslao, el P. Pablo Pastrone nos
ofrece un trabajo original y encomiable. Poniendo en diálogo el contexto
histórico general en que vivieron los mártires riojanos con sus propias vidas y
muertes, propone una sencilla contemplación de la obra de Dios en ellos y a la
vez nos ayuda a rezar desde las Bienaventuranzas con frases de nuestros
mártires dichas en distintos momentos y hermosos textos de Mons. Angelelli en
donde desbordaba su mirada de pastor bueno comprometido con la vida de su
pueblo. Si poner un oído en el Evangelio
y el otro en el pueblo era el camino necesario que nos indicaba Mons. Angelelli
con su vida y su palabra, esta pequeña obra nos pide poner un oído en el
corazón de los cuatro mártires para dejar que Dios nos hable en sus latidos
fuertes, serenos, valientes, fieles... Al modo de la caja riojana vibran
expresando vida, vida en abundancia, justicia y paz.
La cercana aurora del 27 de abril de 2019 viene
llegando para hablarnos de la entrega de los mártires riojanos. Mientras,
abrimos nuestros ojos para contemplar el misterio de Dios en sus vidas y para
profundizar en su testimonio de una Iglesia en salida, samaritana y fraterna,
casa de todos, especialmente de los más pobres y excluidos.
Mendoza, 25 de octubre de 2018
+Padre
Obispo Marcelo Daniel Colombo
PRÓLOGO
“Déjenme que
les cuente
lo que me quema por dentro;
el Amor que se hizo carne
con chayas y dolor de pueblo”
(Mons. Angelelli)
El
libro que tienes en tus manos es una invitación a descubrir la Palabra que el
Señor quiere decirte a través de estos testigos (Cf. Gaudete et exultate, n. 22). No te encontrarás, entonces, con un
libro de estudio o de historia sino propiamente de vida cristiana y de oración,
de contemplación y de apostolado. El camino recorrido por los padres Carlos y
Gabriel, el laico Wenceslao y el obispo Enrique nos habla de una situación
concreta: la Iglesia Particular de La Rioja perseguida en la época de la
dictadura, pero, a la vez, proféticamente, manifiesta a nuestra Argentina
contemporánea y también al mundo que es posible encarnar el Evangelio con parresía. La figura de estos “apóstoles”
del siglo XX, como oportunamente dijo el entonces cardenal Jorge Bergoglio, “no
puede ser una simple memoria encapsulada sino un desafío que hoy nos interpela
a que miremos el camino de ellos, hombres que solamente miraron el Evangelio,
hombres que recibieron el Evangelio y con libertad”.[1]
Los
mártires riojanos muestran y demuestran permanentemente un espíritu tanto de
contemplación como de compromiso y acción: una vida traspasada por el Amor de
Dios y del prójimo. Así, por ejemplo, con profunda sensibilidad espiritual,
decía de sí mismo el Angelelli poeta: “Mi vida fue como el cardón sacudida por
los vientos y agarrada a Ti Señor (…) es misterio que se hizo camino”. Expresa,
al mismo tiempo, la espesura de sus sufrimientos que, sin quedarse ahogado en
sus propias penas, se entrega a los demás, especialmente a los pobres: “Mi vida
fue como el arroyo… anunciar el aleluya a los pobres y pulirse en el interior;
canto rodado con el pueblo y silencios de encuentros contigo…solo…Señor (…)
“Cuando la vida se esconde entre espinas siempre florece una flor”. Podemos
decir que esta espiritualidad caracterizó a los cuatro testigos.
Por
estas razones, nuestras páginas contienen sencillamente sólo algunas
referencias biográficas de cada uno –“sin entretenernos en detalles” (Cf. G. E.
22)– aquellas que entendemos pueden despertar el hambre de un mayor
conocimiento de su vida y obra y, sobre todo, fomentar en nosotros la
renovación espiritual de nuestra propia vida. Ofrecemos, por ello, en la
segunda parte del presente volumen, un recurso predominantemente práctico. Se
trata de un itinerario de oración vinculando frases de Mons. Angelelli:
poesías, mensajes y homilías con las Bienaventuranzas de Jesús. La guía que
proponemos no es de ninguna manera excluyente de otras, sino una simple
orientación. ¡Tómalo con total libertad! Bien se puede hacerlo en grupo o
individualmente, servir de meditación o de lectura espiritual, de animación o
de vía crucis… Puedes agregar o
quitar letra y hasta, incluso, creativamente, ponerle música o silencios
siempre y cuando todo te lleve al encuentro con el otro, a la periferia, al que
necesita de Dios y de ti. Pues “cada valle es un misterio y cada marcha un
despego, el arriero silba en el monte, la luz le sale al encuentro. ¡Aleluya!
Cantan los cerros, ¡Aleluya! Canta el arriero. La Luz se hace silencio con música
de cencerros” (Mons. Angelelli).
Pablo Pastrone
Villa Elisa, 15 de octubre de 2018
[1] J.
Bergoglio, Homilía en el 30 Aniversario del martirio de Mons. Angelelli,
La Rioja, 4 de agosto de 2006.
Podes seguir este blog a través de facebook: AÑO DE LA FE. (Grupo) Vivamos juntos la Fe (FanPage) y en Twitter: @VivamoslaFe
No hay comentarios:
Publicar un comentario