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domingo, 20 de mayo de 2018

"Pentecostés es una fiesta de juventud" - Mons. Romero




Queridos hermanos:

Pentecostés es una fiesta de juventud.

- Dos expresiones de juventud. Por eso me alegro de poner en el altar de la celebración de esta
mañana como dos magníficos ramos de juventud: los jóvenes que se han preparado para recibir hoy ¡el don del Espíritu Santo! y ¡la juventud del Seminario! –Cerca de 400 muchachos en el Seminario Mayor Interdiocesano y en los diversos seminarios menores de la diócesis y de las congregaciones religiosas -.

Todo esto nos está diciendo que la Iglesia es siempre joven y que la juventud, tanto la que ha sido llamada a la vida consagrada –que llena seminarios, noviciados, casas de formación- como la juventud que no siente ese llamamiento pero que tiene que seguir en el mundo un compromiso para el cual ha recibido su vida, es signo de una Iglesia siempre joven, siempre en fase de renovación. Y el Espíritu Santo es el alma de esa renovación, de esa espiritualidad.

- Corresponde al anhelo de los hombres hoy: justicia, verdad, trascendencia. Si en algún año la
fiesta de Espíritu Santo recobra una actualidad urgente, creo que es hoy cuando vemos tanta confusión, tantas voces falsas de redención, tanto materialismo, tanto egoísmo, tanto odio, tanta violencia. Es un momento precioso para sentir que esa ansia de justicia, de verdad, de absoluto, de trascendencia, corresponde a un anhelo profundo del hombre que nadie lo puede llenar si no es el Espíritu mismo de Dios que viene a tomar posesión y a llenar ese inmenso vacío que –el hombre- como San Agustín va buscando en el mundo soluciones y no puede encontrar: “Nos hiciste Señor para Ti y nuestro corazón anda inquieto hasta descansar en Ti”.

Se explica que ustedes, queridos jóvenes, busquen muchas veces esos caminos de lo espiritual en
doctrinas que en vez de llenara hacen más misteriosa la sed de infinito que todos llevamos. Cuántos buscan en falsos gnosticismos, en espiritualismos de tipo oriental; o quién sabe lo que es peor: en evasiones de las drogas, del vicio, del placer, o buscando en las luchas falsas de la violencia, de la revolución, de la guerrilla. ¡Cuanta juventud se pierde! que lleva el ansia de la justicia, de lo absoluto, de lo espiritual, que está como intoxicada en medio de un mundo que no se levanta más allá de las tejas. ¡No pierdan esa ansia, nunca!, pero no la busquen por caminos torcidos.


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Fuente: "Liturgia y Espiritualidad Dominical"

Monseñor Romero será canonizado junto con Pablo VI el 14 de Octubre del corriente año

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