Según una constante y sólida tradición, la imagen de la Virgen de Guadalupe, a raíz de su impresión en la tilma del indio Juan Diego en 1531, en la ciudad de México, permaneció algunos días en la capilla episcopal del obispo fray Juan de Zumárraga, y luego en el templo mayor. El 26 de diciembre de ese mismo año fue trasladada solemnemente a una ermita construida al pie del cerro del Tepeyac. Su culto se propagó rápidamente e influyó mucho para la difusión de la fe entre los indígenas. Después de habérsele construido sucesivamente otros tres templos al pie del cerro, se construyó el actual, que fue terminado en 1709 y elevado a la categoría de basílica por san Pio X en 1904. En 1754, Benedicto XIV confirmó el patronato de la Virgen de Guadalupe sobre toda la Nueva España (desde Arizona hasta Costa Rica) y concedió la primera misa y Oficio propios. Puerto Rico la proclamó su Patrona en 1758. El 12 de octubre de 1895 tuvo lugar la coronación pontificia de la imagen, concedida por León XIII, el cual había aprobado un año antes un nuevo Oficio propio. En 1910, san Pio X la proclamó Patrona de la América Latina; en 1935, Pio XI la nombró Patrona de las Islas Filipinas; y, en 1945, Pio XII le dio el título de Emperatríz de América.
La veneración a la Virgen de Guadalupe despierta en el pueblo una grande confianza filial hacia ella, ya que se presenta solícita para dar auxilio y defensa en las tribulaciones; es, además, un impulso hacia la práctica de la caridad cristiana, al mostrar la predilección de María por los humildes y necesitados, y su disposición por remediar sus angustias.
EL MEJOR HOMENAJE A MARÍA: AMAR A DIOS Y AL PRÓJIMO
Amadísimos hijos, deseamos unir nuestra voz a ese himno filial que el pueblo mexicano eleva hoy a la Madre de Dios. La devoción a la Virgen Santísima de Guadalupe debe ser para todos vosotros una constante y particular exigencia de auténtica renovación cristiana. La corona que ella espera de todos vosotros no es tanto una corona material, sino una preciosa corona espiritual, formada por un profundo amor a Cristo y por un sincero amor a todos los hombres: los dos mandamientos que resumen el mensaje evangélico. La misma Virgen Santísima, con su ejemplo, nos guía en estos dos caminos.
En primer lugar, nos pide que hagamos de Cristo el centro y la cumbre de toda nuestra vida cristiana. Ella misma se oculta, con suprema humildad, para que la figura de su Hijo aparezca a los hombres con todo su incomparable fulgor. Por eso, la misma devoción mariana alcanza su plenitud y su expresión más exacta cuando es un camino hacia el Señor y dirige todo el amor hacia él, como ella supo hacerlo, al entrelazar en un mismo impulso la ternura de madre y la piedad de creatura.
Pero además, y precisamente porque amaba tan entrañablemente a Cristo, nuestra Madre cumplió cabalmente ese segundo mandamiento que debe ser la norma de todas las relaciones humanas: el amor al prójimo. ¡Qué bella y delicada intervención de María en las bodas de Caná, cuando mueve a su Hijo a realizar el primer milagro de convertir el agua en vino, sólo para ayudar a aquellos jóvenes esposos! Es todo un signo del constante amor de la Virgen Santísima por la humanidad necesitada y debe ser un ejemplo para todos los que quieren considerarse verdaderamente hijos suyos.
Un cristiano no puede menos que demostrar su solidaridad para solucionar la situación de aquellos a quienes aún no ha llegado el pan de la cultura o la oportunidad de un trabajo honorable y justamente remunerado; no puede quedar insensible mientras las nuevas generaciones no encuentren el cauce para hacer realidad sus legítimas aspiraciones, y mientras una parte de la humanidad siga estando marginada a las ventajas de la civilización y del progreso. Por ese motivo, en esta fiesta tan señalada os exhortamos de corazón a dar a vuestra vida cristiana un marcado sentido social -como pide el Concilio-, que os haga estar siempre en primera línea en todos los esfuerzos para el progreso y en todas las iniciativas para mejorar la situación de los que sufren necesidad. Ved en cada hombre un hermano, y en cada hermano, a Cristo, de manera que el amor a Dios y el amor al prójimo se unan en un mismo amor, vivo y operante, que es lo único que puede redimir las miserias del mundo, renovándolo en su raíz más honda: el corazón del hombre.
El que tiene mucho que sea consciente de su obligación de servir y de contribuir con generosidad para el bien de todos. El que tiene poco o no tiene nada que, mediante la ayuda de una sociedad justa, se esfuerce en superarse y en elevarse a sí mismo y aun en cooperar al progreso de los que sufren su misma situación. Y, todos, sentid el deber de uniros fraternalmente para ayudar a forjar ese mundo nuevo que anhela la humanidad.
Esto es lo que hoy os pide la Virgen de Guadalupe, ésta la fidelidad al Evangelio, de la que ella supo ser el ejemplo eminente.
Sobre vosotros, muy queridos hijos, imploramos confiado la maternal benevolencia de la Madre de Dios y Madre de la Iglesia, para que siga protegiendo a vuestra nación y la dirija e impulse cada vez más por los caminos del progreso, del amor fraterno y de la pacífica convivencia.
-Oyó que lo llamaban, de arriba del cerrillo, le decían: “JUANITO, JUAN DIEGUITO”.
Luego se atrevió a ir a donde lo llamaban; ninguna turbación pasaba en su corazón ni ninguna cosa lo alteraba, antes bien se sentía alegre y contento por todo extremo; fue a subir al cerrillo para ir a ver de dónde lo llamaban y cuando llegó a la cumbre del cerrillo, cuando lo vio una Doncella que allí estaba de pie, lo llamó para que fuera cerca de Ella.- (Nican Mopohua N° 1-15)
¿A quién se aparece María de Guadalupe?
-¿A quién se aparece María? No a un español ni a un representante de la institución eclesiástica, sino a un indígena marginado. Y lo primero que la Virgen Madre le dice: “Juanito, hijo mío, -que debía ser tratado con sumo respeto, pero que eres marginado-, ¿A dónde vas?”.
Los conquistadores trataban con extremada dureza a los aztecas, y Juan Diego había asimilado la imagen negativa que se había creado de los indígenas. Se reconoce como “pobre indito”, hombre del campo, despreciado, hoja seca caída del árbol (Así se presenta el mismo Juan Diego en el relato del Nican mopohua: “soy mecapal, parihuela, soy cola, soy ala, un indito”). María quiere ser llamada en América Latina: “Niña, Virgencita, Muchachita, Hija mía menor, Madrecita", así se presenta ella ante el indio Juan Diego.
Ella quiere ser la "Madre compasiva del pueblo”. Se sitúa en el universo afectivo y lingüístico del pueblo y de los pobres y opta por los indios empobrecidos y humillados, ocupando el lugar de la periferia y no el del centro. Y escoge a Juan Diego al que afectuosamente llama “Juanito, Dieguito o pobre indito”. El indígena sojuzgado por los conquistadores, va a anunciar al obispo con palabras de convencimiento y con el poncho lleno de flores, que arrojara a los pies del obispo.
La misión evangelizadora de Juan Diego nos presenta el potencial evangelizador de los pobres.-
(Leonardo Boff, “La Nueva Evangelización. Perspectiva de los oprimidos”)
Nican mopohua: es el nombre con el que se conoce el relato de las apariciones de la Virgen de Guadalupe que tuvieron lugar en el cerro del Tepeyac, al norte de la actual Ciudad de México.
Comenzamos hoy el tiempo litúrgico del
“ADVIENTO”. Es el tiempo de la “esperanza”. Esperamos al Salvador; Cristo.
Pedimos su llegada; nos disponemos a su venida. Comienza hoy y nos lleva a la Navidad.
Es el Adviento una síntesis de la historia de la humanidad; peregrinamos y
vamos haciendo el camino de la vida hasta llegar con nuestro Padre Dios. Esta
marcha se hace difícil; se la descubre y le encontramos el sentido pleno, si la
miramos y la hacemos desde la Fe. La ESPERANZA es la fuerza, mientras vamos
haciendo el camino; es la que permanentemente nos rejuvenece por dentro y nos
hace ver con claridad mayor el horizonte, la esperanza es la que nos da la
certeza del camino y de la meta aunque aún no la tengamos en plenitud. Es la
que nos hace superar obstáculos y nos hace mirar el presente con ojos de futuro
con experiencia del pasado. La certeza de nuestra esperanza es Cristo: el
que vino; el que está con y entre nosotros; el que nos da su vida y su luz; el que
nos hace su pueblo y su Iglesia. Es el
que camina con nosotros y con nosotros construye nuestra historia. Ser
cristianos, hoy como siempre, es estar atentos a los signos de los tiempos; a
las manifestaciones de la presencia de Dios en la historia de los hombres; en
actitud vigilante espera del encuentro con el Señor. Adviento es también la
síntesis de nuestra propia existencia, con todo lo que ella encierra de “gozo y
esperanza, de dolores y angustias”, pero con la certeza que da la Fidelidad del
Señor que es “nuestro Padre” y nosotros la obra de sus manos.
Acabo de regresar de la
Asamblea del Episcopado. En ella, como pastores del Pueblo de Dios, hemos
tratado de iluminar nuestra crítica situación argentina con ojos de Evangelio
desde la fe; miramos nuestra realidad en su conjunto nacional y en cada una de
nuestras realidades diocesanas. En un documento final dijimos: “muchas veces y
de diversas maneras hemos aportado nuestra colaboración para iluminar desde la
Fe el proceso histórico que vivimos. Nuestra voz y nuestra actitud han querido
ser siempre leales a la patria que amamos y fieles al Evangelio que proclamamos,
sin identificarnos con sectores sociales, agrupaciones políticas o corrientes ideológicas...”
“...con la comunidad nacional tenemos clara conciencia de las graves
dificultades políticas, económicas, sociales y espirituales que se viven, y nos
preocupa que esta acumulación de problemas originen un clima
general de frustración y desesperanza... indudablemente transitamos por una
etapa crítica, pero no necesariamente sin solución... es un proceso grave de
nuestra historia, y quizás con hondas repercusiones para el futuro, pero
dependerá de todos los argentinos que transformemos la crisis en proceso de
purificación, crecimiento y superación... la patria es una realidad que va más
allá de sus dificultades, de sus funcionarios o de algunas de sus
instituciones; depende de todos los argentinos; va mucho más allá de las
opciones partidarias o personales; mira y busca el bien de toda la comunidad
nacional...” ...necesitamos “renovarnos y reconciliarnos en la paz y en la
serenidad de los espíritus ya que sólo el corazón pacificado puede llevar la
paz a los demás.
Necesitamos renovarnos en la JUSTICIA Y EN
LA LIBERTAD para asegurar un nuevo orden social... necesitamos renovarnos en la
Fe, la Esperanza y el Amor porque son las fuentes incontaminadas para superar,
no sólo la crisis histórica del país, sino la tentación de frustración y el riesgo
de ser devorados por los problemas inmediatos. No somos ignorantes de lo que se
opina a diversos niveles acerca de la misión de la Iglesia en esta coyuntura
que vivimos; más aún, de las afirmaciones aún de las disparatadas y sin sentido
de las diócesis, también de la nuestra. Muchas de estas opiniones y juicios
fruto de la ignorancia, de intereses en juego y del clima reinante en el país. Una
verdad es necesaria repetirla aún corriendo el riesgo de superflua: ninguna
autoridad puramente humana, de la jerarquía que ella fuere, tiene competencia
dada por Cristo para arrogarse la autoridad de juzgar si la misión de la
Iglesia y el contenido de la Fe está de acuerdo con la “doctrina católica”.
Obrar así, además de erróneo es
una manifestación conciente o inconciente de soberbia y puede llegar a ser un
pecado contra el “Espíritu Santo”. Los que el Señor ha colocado al frente de su
Iglesia como legítimos pastores son los que tienen la tremenda responsabilidad
de ser los intérpretes auténticos de la fe, así el ejercicio de esta misión les
acarree sufrimientos y renuncias dolorosas.
“Oportuna e inoportunamente
predica la Palabra de Dios...” le decía San Pablo a Timoteo. Mirando nuestra
diócesis en el comienzo de este Adviento, debe decirles que no puedo dejar de compartir
con ustedes el dolor y la zozobra que viven. También es verdad que es necesario
no perder el sentido de esperanza que debe tener siempre nuestra vida. Aunque
pueda aparecer la “visita de San Nicolás” como algo sin importancia o
tergiversando su finalidad, sin embargo la gracia de Dios que se viene
derramando sobre La Rioja no podrá ser destruida por las pasiones y la mentira
de nosotros los hombres si permanecemos fieles a ese Evangelio que San Nicolás
tiene en sus manos como mensajero del mismo. Seguiremos con nuestra misión
diocesana con la misma finalidad de “renovación y reconciliación” del año
santo, hasta donde nos sea posible. La Iglesia diocesana no respalda ni bendice
todo lo que pueda ser difundir la mentira, la calumnia y la difamación. Les
reitero por el bien espiritual de ustedes y de La Rioja que no se presten a
esta lacra moral o la difamación y la calumnia. Me lo han oído muchas veces. Es
mi deber señalarlo; no hacerlo faltaría gravemente a mi misión pastoral. Dios,
nuestro Padre, que nos está mirando en lo más profundo de nuestras conciencias,
nos dé la gracia y la luz para no perder la serenidad de espíritu, la lucidez
para discernir bien, la fortaleza interior para dejarnos cuestionar interiormente
por su Evangelio, y la esperanza para no cansarnos de ser siempre justos,
responsables, respetuosos de las personas como templos de Dios porque nos dice
el Evangelio de hoy: “estén vigilantes porque en la hora menos pensada viene el
Señor a que le demos cuenta de nuestras vidas...”
Durante todo el Adviento:
- Háganse oraciones privadas y
públicas por la Patria.
- El día 8 de diciembre, sea
una jornada especial de oración por intercesión de María Santísima Inmaculada
-
Realícense actos penitenciales los viernes de adviento por la Patria.
"El espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido.
El me envió a llevar la buena noticia a los pobres, a vender los corazones heridos, a proclamar la liberación a los cautivos y la libertad a los prisioneros."
(Isaias 61,1)
El pasado
19 de Noviembre se celebró la 1° Jornada Mundial de los Pobres
promulgada por el Santo Padre Francisco, bajo el lema “No amemos de palabra sino con obras”.
A continuación
les comparto links de distintas entradas de este blog en donde encontraran información
de esta jornada, tambien sobre la opción preferencial por los pobres de la Iglesia
católica y sobre algunos santos que estuvieron al servicio de los más pobres:
Josefa Saturnina Rodríguez -luego Madre Catalina de María- nació en Córdoba el 27 de noviembre de 1823. Cuando tenía tres años perdió a su madre y a los 9 a su padre. Estos hechos fueron determinantes en su vida, ya que su educación quedó a cargo de sus tías Luisa e Ignacia Orduña, de profunda fe religiosa.
Su vocación despertó alrededor de 1840. Pero no pudo cumplir con su vocación porque en la Argentina y sus alrededores sólo había conventos de clausura, y no existía en ese momento la opción de vida religiosa apostólica para las mujeres. Se dedica entonces a promover y sostener la obra de los Ejercicios Espirituales, y a los 29 años contrae matrimonio con el coronel Manuel Antonio de Zavalía, viudo, padre de dos niños. En los trece años que duró su matrimonio fue modelo de esposa y madre. Así, cuando en 1865 murió su esposo, quedó libre para concretar su primera vocación, que se despertó con mayor vehemencia.
Pero para llegar a este sueño dorado, pasaron siete largos años llenos de obstáculos y luchas que impedían su realización. Finalmente el 29 de septiembre de 1872 fundó en Córdoba el instituto de las Hermanas Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús (Esclavas Argentinas), dedicado a la educación y promoción de la mujer y atención de casas de ejercicios espirituales.
La Madre Catalina fue una mujer cordobesa de su tiempo que buscó vivir la plenitud del amor a Dios y al prójimo como laica, como madre y como religiosa.
En 1877, invitada por el padre José Gabriel Brochero, el “Cura Brochero”, hoy santo, se instaló en Villa del Tránsito (Córdoba), y ambos tuvieron una fecunda misión en la Iglesia de fines del siglo XIX, sobre todo en la evangelización de las sierras cordobesas y la difusión de los ejercicios espirituales.
La religiosa murió el 5 de abril de 1896, en el atardecer de un domingo de Pascua, y fue declarada venerable el 17 de diciembre de 1997 por el papa Juan Pablo II.
Testimonios
María Silvia Fiorentino ecj, Madre General de la Congregación de Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús:
“La Madre Catalina vivió en una época bastante convulsionada
políticamente, el siglo XIX, cuando la Patria se hacía Patria. Pasó por todos
los estados de vida, en orden: fue laica, madre y religiosa. Madre Catalina
supo ver más allá, eso hace el santo. El santo muestra aquello que los demás no
ven a simple vista, el que se puede proyectar a pesar de todo, el que es capaz
de dar la vida, saltos culturales, físicos, políticos, geográficos, el que es
capaz de ir a las periferias existenciales que dice el Papa”.
Marita Barrionuevo ecj, vicepostuladora de la causa:
“Tuvimos que probar que Madre Catalina vivió de
una manera heroica, ese es el proceso que la Iglesia tiene para reconocer
públicamente que una persona vivió de manera radical las virtudes cristianas.
Las instancias son 4: primero son siervos de Dios; después venerables; luego
beatos y, por último, santos. En 1997, San Juan Pablo II es quien firma el
decreto reconociéndola venerable. La causa del santo Cura Brochero y la de
Madre Catalina han marchado juntas y ambas coincidieron con la misma
postuladora, la Dra. Silvia Correale. En 2012 buscamos las gracias de la Madre
Catalina que pudieran probarse como un milagro y ahí en ese‘ranking’ de gracias
nos abocamos al milagro de Sofía Acosta de Valdez que aconteció en Tucumán en
1997. Y elegimos ese acto extraordinario iniciando el proceso diocesano en esa
arquidiócesis. Duró 3 meses, se citaron a los testigos y médicos intervinientes
en el marco de un juicio canónico. El 27 de noviembre (día de cumpleaños de
Madre Catalina) se cerró el proceso diocesano y se enviaron las conclusiones a
Roma. Desde 2013 al 2016 estuvimos esperando y fuimos sumando informes médicos
ya que Sofía se había muerto de un infarto. Los peritos de Roma debían
expedirse sobre si se trataba de un hecho extraordinario. Estuvimos en stand
by en Argentina mientras en Roma estaban a full. El 7 de
Julio de 2016 la Junta Médica aprobó por unanimidad que había sucedido una
intervención extraordinaria en esta curación. El 19 de enero del 2017 se reunió
la Junta Teológica y ahí ya nos dimos cuenta de que se venía la beatificación.
Esa Junta prueba que Eugenia (hija de Sofía) invocó a Madre Catalina, su
intervención fue muy explícita y con testigos. Luego llega la Comisión de
Cardenales que aprueban, en abril. Y el 8 de mayo de 2017 el Papa Francisco firmó
el famoso decreto que esperábamos donde se declaraba beata a la Madre”.
Eugenia Valdez, hija de la señora Sofía Acosta que experimentó
el extraordinario milagro que se le atribuye a Madre Catalina, la futura beata
argentina:
“Les
voy a contar lo que pasó hace 20 años, el 22 de abril. Eran las 9 de la noche.
‘La Mamá’ me dijo que fuera a su casa a comer una ensalada que ella me había
preparado [Eugenia, su esposo y su hijo viven en una vivienda ubicada delante
de la de Sofía] y de repente sentimos un ruido muy fuerte, como si se hubiesen
caído muchas asaderas al piso. Salgo al patio y lo veo a mi papá que me
gritaba. Llegué corriendo. Mi mamá estaba tirada en el piso de la cocina y ‘El
papá’ le sostenía su cabeza. ‘La Mamá’ estaba muy mal, no respondía. Mi
papá cruzó a buscar al Dr. Venturini y quedé yo sosteniéndole la cabeza. Ahí
‘La Mamá’ hizo una inspiración muy profunda, tiró su brazo al costado y perdió
sus signos vitales. Ella fallece en mis manos. Llegaron mi esposo y mi hijo. Yo
fui a buscar un auto. Llegó mi vecino Luis Nievas que me ofrece llevarnos él.
‘La Mamá’ estaba sin vida, rígida, helada, blanca. Se acerca otra vecina,
Fanny. Nos fuimos al Sanatorio Galeno. Entramos a la Guardia. La atendieron.
Cuando sale el médico nos dice que ‘La Mamá’ había fallecido. Yo le dije al
médico que volviera junto a mi madre, que la Madre Catalina la iba a salvar:
‘Vuelva y haga lo que tenga que hacer’. Yo sabía que la Madre Catalina me la
iba a devolver. El médico volvió y mi mamá volvió. La dejaron internada en
Unidad Coronaria y nos dijeron que era muy probable que quedara como una
plantita. Mi amiga Liliana me había traído el ‘Detente’ de la Madre Catalina
que tiene un pedacito de su hábito. Cuando entro al cuarto donde estaba mi
madre, se lo puse en su cabeza, en su corazón, en su almohada, y seguíamos
rezando. En el colegio todos rezaban para que ‘La Mamá’ se recuperara. La
evolución de mi madre fue muy rápida. En 10 días ya la tuvimos de vuelta en
casa. Y ahora ella está muy bien. Su cuerpo no tiene secuelas. Esto fue durante
muchos años un secreto, un regalo que la Madre Catalina nos había hecho. Ahora
llegó el tiempo de compartirlo con todo el mundo, con alegría, con mucha fe.
Hay que dejar todo en manos de Dios porque Él sabe por qué hace las cosas”.
La ceremonia de beatificación que se realizará el próximo sábado 25 de noviembre, a las 10 hs, en el Centro Cívico del Bicentenario Brigadier General Juan Bautista Bustos, conocido popularmente como “el panal”, será transmitida en vivo y en directo por la Televisión Pública, EWTN, Orbe 21, Canal 8 y 12 de Córdoba, y más de 30 canales de aire desde Ushuaia hasta La Quiaca.
En tanto que la emisora FM S.E.R. (Servicio de Evangelización Radial) hará una transmisión híbrida (sin sellos distintivos ni publicidad) para ser tomada por cualquier radio desde www.fmser.org o desde la aplicación FM S.E.R. Contacto con la Producción: 11 5 667 3484.
Fuente: Area de Prensa, Beatificación de Madre Catalina
Rafael Adolfo Tello
nació en La Plata el 7/8/1917. Desde
1918 vivió en Buenos Aires. Su
familia era de Yala (Jujuy), donde pasó largas temporadas en su infancia. Luego de sus estudios secundarios ingresó en la
Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires donde se recibió de
abogado en 1944 a los 27 años. En esa época militó activamente en la Acción
Católica ("Yo fui dirigente de la Acción Católica, yo era encargado de la zona más pobre de Buenos Aires: la parroquia de Cristo Obrero y toda esa zona del Riachuelo"-14/10/1998). Ingresó al seminario de la Arquidiócesis de
Buenos Aires en 1945. Se ordenó sacerdote el 23/09/1950.
En 1953 fue nombrado Asesor de la JUC (Juventud
Universitaria Católica) y vivió en un pensionado de jóvenes universitarios. En
1958 fue nombrado director de estudios y profesor del filosofado en el Seminario Mayor de Villa Devoto siendo rector el P. Eduardo Pironio y el P. Lucio Gera Director de Teología. Entre 1966 y 1973 se desenvolvió como perito de la COEPAL (Comisión Episcopal
de Pastoral, creada para animar la recepción del Concilio Vatinao II y dirigida
inicialmente por los obispos Marengo, Zaspe y Angelelli). Fruto de un accidente
de tránsito en 1969 le descubrieron cáncer en el intestino. Dos años después
fue operado y queda con una colostomía que lleva por el resto de su vida.
En
esos tiempos asesoraba a los sacerdotes del Movimiento de Sacerdotes para el
Tercer Mundo e intervino en la nueva orientación que tomó el santuario de San
Cayetano de Liniers. En 1975 inspiró la primera Peregrinación Juvenil a Luján (Peregrinación a la Virgen de Luján - P. Rafael Tello),
por esos años animó el Movimiento Juvenil Evangelizador y asesoró a varias
congregaciones de religiosas.
Ultimos años y fallecimiento
Se retiró de la vida pública de la Iglesia en marzo
de 1979. En estos años de reclusión mantuvo contacto con sacerdotes interesados
en la evangelización de los más pobres e inspiró la creación de la asociación
privada de fieles “Santa María Estrella de la Evangelización” (conocida como la
Cofradía de la Virgen), la asociación “Negrito Manuel” y la fundación
“Saracho”.
Desde 1984 hasta pocos días antes de morir se reunía semanalmente
–reuniones conocidas como la escuelita-
en su casa con sacerdotes amigos para hablar de distintos temas relativos a la
pastoral popular. En
septiembre del 2001 se mudó a Luján con la intención de morir cerca de la
Virgen, deseo que se cumplió el 19 de abril del año 2002.
La figura del sacerdote
Rafael Tello, siempre admirado por quienes lo trataron, empieza también a ser
más conocida por las nuevas generaciones y suscita distintas expectativas.
P. Rafael Tello y el Cardenal Bergoglio
Es bueno recordar que
el papa Francisco, siendo aún Cardenal, lo sacó a la luz al presentar -en la
Facultad de Teología de la Universidad Católica Argentina- un libro sobre su
teología de "la fe de los pobres en América Latina" (Enrique Bianchi,
Pobres en este mundo, ricos en la fe. La fe de los pobres de América Latina según
Rafael Tello, Ágape, 2012, Bs As).
A su vez, poco antes de
su muerte, Tello le había escrito una carta personal al hoy Papa donde decía: -"Para mí, el problema más grande de la
Iglesia argentina es cómo llegar a esa inmensa mayoría de cristianos a los que
no alcanza la Iglesia institucional. Creo que Usted tiene una misión
providencial de iniciar una reforma en la Iglesia (¿Buenos Aires?, ¿Argentina?,
¿más allá? Yo no sé). Le pido a Dios que pueda cumplirla".
Llegar a esa inmensa
mayoría de cristianos fue siempre el corazón de su búsqueda. Y la pastoral
popular el método para que la Iglesia institucional avanzara en esa dirección.
Palabras del cardenal
Bergoglio (Francisco) en el prólogo del libro del P. Enrique C. Bianchi, “Pobres en este mundo, ricos en la fe. La fe
de los pobres de América latina según Rafael Tello”:
“Tello fue un teólogo y
un pastor tomado por el amor a Dios, a la Virgen y a su pueblo. Una pasión por
la historia y su tiempo, un corazón y una inteligencia ofrecidos a los pobres.
Su teología apunta proféticamente a nuestros hermanos más humildes. Nos
recuerda que están en el centro del corazón de Dios, tanto que Cristo mismo se
hizo pobre. Su teología nos aguijonea preguntándonos si les estamos dando a los
pobres el lugar que merecen. Nos invita a que transformemos la Iglesia en la
casa de los pobres”.
“También fue el teólogo
de la Virgen. Un continente tan mariano como el nuestro no podía dejar de
darnos un teólogo así. Amaba profundamente a María y entendía que entre ella y
nuestro pueblo pobre se fue tejiendo una singular historia de amor. Fue
baqueano en seguir su huella maternal entre ellos. Fervoroso devoto de la Virgen
de Luján supo ver en su milagro junto al río, entre rudos troperos y un negro
llamado Manuel, el arquetipo de la oración de nuestra Madre para quedarse en el
corazón de nuestro pueblo para siempre. En fin, la vida del padre Tello fue un
regalo del Espíritu a nuestra Iglesia”.
Llegar a esa inmensa mayoría de cristianos fue siempre el corazón de su búsqueda. Y la pastoral popular el método para que la Iglesia institucional avanzara en esa dirección.
Ver Conferencia de Bergoglio en presentación del libro“Pobres en este mundo, ricos en la fe. La fe de los pobres de América latina según Rafael Tello”:
1° Parte
2° Parte
Traslado de los restos del P. Rafael Tello
En ocasión de la Jornada Mundial de los Pobres, propuesta por el papa Francisco para el próximo 19 de noviembre, el arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Agustín Radrizzani SDB y su obispo auxiliar, monseñor Jorge Eduardo Scheinig, consideraron oportuno trasladar los restos del presbítero Rafael Tello a la basílica y santuario Nuestra Señora de Luján. Se celebrará la Eucaristía el sábado 18 de noviembre a las 15 en la basílica Nuestra Señora de Luján. Finalizada la misa se ubicarán los restos del querido presbítero Rafael Tello en la basílica.
Obras editadas del P.
Rafael Tello:
1. "La nueva evangelización. Escritos teológicos pastorales",Ágape, Buenos Aires, 2008.
2. "Pueblo y Cultura", Patria grande, Buenos Aires, 2011.
3. "La Nueva Evangelización: Anexos I y II", Agape, Buenos Aires, 2013.
4. "Pueblo y cultura popular", Patria Grande - Saracho - Agape, Buenos Aires, 2014.
5. "Fundamentos de una Nueva Evangelización", Agape - Fundación Saracho - Patria Grande, 2015.
6. "El cristianismo popular. Ubicación histórica y hecho inicial en América", Patria Grande - Fundación Saracho - Agape, Bs. As., 2016.
Teología del Pueblo
El P. Rafael Tello,
junto con el p. Lucio Gera, son los dos principales referentes de la llamada
Teología del Pueblo (corriente teológica nacida en la Argentina tras el
Concilio Vaticano II). Esta teología ha influido
fuertemente en el pensamiento del papa Francisco."
Toda la obra del padre
Rafael Tello se ve atravesada por una motivación fuertemente pastoral: conocer
los caminos de Dios para el pueblo de Latinoamérica y ayudar a la Iglesia a ser
fiel a esos designios divinos.
Obras sobre Rafael Tello:
BIANCHI ENRIQUE C., Pobres en este mundo, ricos en la fe. La fe de los pobres de América Latina según Rafael Tello, Ágape, Buenos Aires, 2012.
RIVERO GABRIEL, COMP, El viejo Tello y la pastoral popular, Patria Grande - Fundación Saracho, Buenos Aires, 2013.
RIVERO GABRIEL, COMP, El viejo Tello en la COEPAL. Sus intervenciones entre los peritos de la Comisión Episcopal de Pastoral en la recepción del Concilio Vaticano II en Argentina (1968-1971), Saracho - Agape - Patria Grande, Bs. As., 2015.
FORCAT FABRICIO, La vida cristiana popular. Su legítima diversidad en la perspectiva de Rafael Tello, Ágape - Fundación Saracho, Buenos Aires, 2017.
ALBADO OMAR, El pueblo está en la cultura. La teología de la pastoral popular en el pensamiento del Padre Rafael Tello, Ágape, Buenos Aires, 2017.
Agradezco al padre
Enrique Bianchi por toda la información que me ha enviado vía chat y por
e-mail. Para conocer más sobre la vida y pastoral del padre Rafael Tello
recomiendo la lectura de “Pobres en este mundo, ricos en la fe. La fe de los pobres de América Latina según
Rafael Tello”.
Fuente: “Pobres en este
mundo, ricos en la fe. La fe de los
pobres de América Latina según Rafael Tello”, Autor: P. Enrique Ciro Bianchi,
año 2012.