Hoy celebramos a San Juan XXIII (latín: Ioannes
PP. XXIII) - Angelo Giuseppe Roncalli (1881-1963),
fue el papa número 261 de la Iglesia católica entre 1958 y 1963.
Angelo Roncalli nació el 25 de noviembre de 1881 en Sotto il Monte, en
Lombardía, Italia. El ambiente religioso de su familia y
la vida parroquial bajo la guía del padre Francesco Rebuzzini, le
proporcionaron a Angelo formación cristiana. Un tío llamado
Zaverio fue el guía espiritual del pequeño Angelo desde el día del
bautismo hasta su ingreso en el seminario. La idea de hacerse sacerdote lo
motivó desde su infancia. Cuando su padre le reprochaba su poca dedicación a
los trabajos del campo, prefiriendo esconderse entres las viñas a leer y
estudiar, Angelo contestaba: "Quiero
ser sacerdote". El padre, aun siendo un hombre de fe profunda y
sincera, se oponía a la vocación del hijo porque le parecía una excusa para
dejar de trabajar. Fue el tío Zaverio, quien lo respaldó en su vocación y
consiguió la manera de hacerlo estudiar hasta entrar en el seminario de Bérgamo
a la edad de 11 años (1892).
---Desde su niñez podemos percibir que fue un hombre de fe---
Luego de una primera etapa en el
Seminario de Bérgamo, Angelo Roncalli En 1896 fue admitido en la Orden
Franciscana Seglar por el director espiritual del seminario de Bérgamo, el
padre Luigi Isacchi. Hizo una profesión de esa Regla de vida el 23 de mayo de
1897. Junto con otros dos estudiantes, es enviado a Roma para proseguir sus
estudios en el Seminario Romano del Apollinare.
En el 1901 desde allí escribe a sus
familiares:
"El Señor me quiere sacerdote; por
eso me ha colmado de beneficios, hasta mandarme aquí a Roma... No me hago cura
por cumplido, para hacer dinero, para hallar comodidades, honores, placeres,
sino solamente para hacer el bien, de cualquier modo, a la gente pobre."
Nacido en la pobreza, su opción de
vida, será siempre desde los pobres, contra la pobreza material y espiritual,
confiado en la voluntad de Dios. Antes de su ordenación el diácono escribe en
su "Diario del alma":
"¿Qué será de mí en el porvenir?
¿Seré un buen teólogo, un jurista insigne, o bien un simple cura? ¿Qué me
importa a mí todo eso? No debo ser nada más que todo eso, según los designios
de Dios."
---Cabe destacar que en sus palabras ya expresaba ser un gran hombre de
Fe obediente a la voluntad de Dios---
Ordenación
Sacerdotal
El 10 de agosto de 1904 fue ordenado
sacerdote en la basílica de Santa María de Monte Santo, en la Piazza del Popolo.2
En 1905, fue nombrado secretario del obispo de Bérgamo, Giacomo Radini
Tedeschi. Durante la Primera Guerra Mundial, ejerció primero como sargento
médico y más tarde como capellán militar. En 1921, fue llamado desde Roma por
el papa Benedicto XV para ocupar el cargo de presidente para Italia del
Consejo Central de la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe.
---Aquí quiero detenerme, pues no me parece casualidad que este gran
hombre de Fe fuera convocado para
presidir el Consejo Central de la Obra Pontifica de la Propagación de la Fe
(Renombrada por Juan Pablo II como: "Congregación para la Evangelización
de los Pueblos"). Pues sin lugar a duda podemos decir que el Espíritu
Santo iluminó en ese momento al Papa Benedicto XV al elegir a Angelo Roncali
para llevar adelante esta tarea.---
Consagración Episcopal y Delegado Apostólico
El 19 de marzo de 1925 Angelo Giuseppe
Roncalli fue consagrado arzobispo titular de Areopoli; eligió como su lema
episcopal "Obedientia et Pax" (Obediencia y Paz). En Bulgaria, realizó su labor apostólica
visitando las comunidades católicas y estableciendo relaciones de respeto y
estima con otras comunidades cristianas, en especial de la Iglesia Ortodoxa. En
una ocasión en Bulgaria fue a visitar a unos heridos internados en un hospital
católico que trataba gratuitamente a todas las personas, independientemente de
su religión. Estos heridos fueron víctimas de un atentado contra el rey Boris
III en una catedral ortodoxa de Sofía, siendo ortodoxos que frecuentaban su
lugar de culto.
El rey búlgaro quedó tan impresionado
que lo recibió en audiencia privada, siendo un acto inédito porque los
visitadores apostólicos no gozaban de ningún estatuto diplomático y las
relaciones entre la minoría católica y la mayoría ortodoxa eran muy tensas.
Hechos como este constituyeron las bases de la futura delegación apostólica. En
efecto, su labor fue tan fructífera que se lo designó delegado apostólico para
Bulgaria el 16 de octubre de 1931. El 12 de enero de 1935 fue nombrado
delegado apostólico para Turquía. El mismo día se lo designó Delegado
Apostólico para Grecia, atendiendo desde Estambul los asuntos relativos a ambos
países. Durante la segunda guerra mundial intervino para socorrer a miles de
judíos durante las persecuciones de los nazi. El 23 de diciembre de 1944, el
papa Pío XII lo nombró nuncio apostólico de Francia. Contribuyó a
normalizar la organización eclesiástica en Francia, desestabilizada por los
numerosos obispos que habían colaborado con los alemanes. Gracias a su
cortesía, su sencillez, su buen humor y su amabilidad pudo resolver los
problemas y conquistar el corazón de los franceses y de todo el Cuerpo
Diplomático.
---En este párrafo anterior podemos ver que no solo era un gran hombre
de Fe sino también un hombre de mente y corazón abierto para todos, se hacía
cercano de los que sufrían y también de aquellos con los que había diferencias
religiosas---
Pontificado
El 28 de octubre de 1958, contando con
casi 77 años, Roncalli fue elegido Papa. Enseguida empezó una nueva forma de
ejercer el papado. Visitaba personalmente las parroquias de su diócesis. Al
cabo de dos meses de haber sido elegido, dio ejemplo de obras de misericordia: En
Navidad visitó los niños enfermos de los hospitales Espíritu Santo y Niño
Jesús; al día siguiente fue a visitar los prisioneros de la cárcel Regina
Coeli. En su primera medida de gobierno
vaticano, que le enfrentó con el resto de la curia, redujo los altos
estipendios (y la vida de lujo que, en ocasiones, llevaban los obispos y
cardenales). Asimismo, dignificó las condiciones laborales de los trabajadores
del Vaticano.
Tres meses después de su elección, el
25 de enero de 1959, en la Basílica de San Pablo Extramuros y ante la sorpresa
de todo el mundo anunció el XXI Concilio Ecuménico -que posteriormente fue
llamado Concilio Ecuménico Vaticano II-, el I Sínodo de la
Diócesis de Roma y la revisión del Código de Derecho Canónico.
El 11 de octubre de 1962 el papa
Roncalli abrió el Concilio Vaticano II en San Pedro. Este
Concilio cambiaría el rostro del catolicismo: una nueva forma de celebrar la
liturgia (más cercana a los fieles), un nuevo acercamiento al mundo y un nuevo
ecumenismo. Respecto de esto último, Juan XXIII había creado en 1960 el
Secretariado para la promoción de la unidad de los cristianos, una comisión
preparatoria al Concilio que más tarde permanecería bajo el nombre de Consejo
Pontificio para la Unidad de los Cristianos. Era la primera vez que la Santa
Sede creaba una estructura consagrada únicamente a temas ecuménicos. Desde la apertura del Concilio, el papa
Juan XXIII enfatizó la naturaleza pastoral de sus objetivos: no se trataba de
definir nuevas verdades ni condenar errores, sino que era necesario
renovar la Iglesia para hacerla capaz de transmitir el Evangelio en los nuevos
tiempos (un aggiornamento), buscar los caminos de unidad de
las Iglesias cristianas, buscar lo bueno de los nuevos tiempos y establecer
diálogo con el mundo moderno centrándose primero "en lo que nos une y no
en lo que nos separa".
---Como venimos leyendo en todo su caminar Angelo Roncalli demostró ser
un hombre de Fe, fue elegido como Sumo Pontífice y como Papa no solo demostró ser un hombre de
Fe sino que mostró ser un hombre firme en sus convicciones y decisiones, de
hecho por esa misma fe que tenia y al ver que en la Iglesia se necesitaba
realizar algunos cambios tomó estas tres decisiones muy importantes: Concilio
Ecuménico Vaticano II, Sínodo de los Obispos de Roma y la revisión del Código
de Derecho Canónico y también cabe destacar que como Papa de la
Iglesia mostró nuevamente su acercamiento e intención de dialogo y unidad con
todos los cristianos.---
Muerte y Canonización
El 23 de mayo de 1963 se anunció
públicamente la enfermedad del papa: cáncer de estómago que, según su
secretario Loris F. Capovilla, le fue diagnosticado en septiembre de 1962. El
papa no quiso dejarse operar temiendo que el rumbo del Concilio se desviara de
lo estipulado. Al fin, después de sufrir esa grave enfermedad, el papa Juan
XXIII murió en Roma el 3 de junio de 1963, a las 14:50Hs. Finalizó sus días sin
ver concluida su obra mayor, a la que él mismo consideró "la puesta al día
de la Iglesia". Fue sucedido por Pablo VI, quien en
1965 iniciaría el proceso de beatificación del propio Juan XXIII después de la
clausura del Concilio Vaticano II. Juan XXIII fue beatificado por Juan Pablo II
el 3 de septiembre de 2000, junto con el papa Pío IX. Su fiesta litúrgica quedó
fijada el 11 de octubre, día de la apertura del Concilio Vaticano II.
Cuando su cuerpo fue exhumado en el año
2000, corrió el rumor de que se hallaba incorrupto, pero fuentes del Vaticano
lo negaron, recordando que había sido embalsamado. Sus restos actualmente
descansan en la Basílica de San Pedro, en Roma.
Fue canonizado en una misma celebración
junto con San Juan Pablo II, el 27 de abril de 2014.
En la memoria de muchos, el papa Juan
XXIII ha quedado como "el papa bueno" o como "el
papa más amado de la historia". La Iglesia de Inglaterra lo
considera santo y tanto los anglicanos como los protestantes conmemoran a Juan
XXIII como "renovador de la iglesia".
---Para mi será recordado cariñosamente como "El
Revolucionario de la Fe". Recordemos el significado de Revolución: (del
latín revolutio, "una vuelta") es un cambio social fundamental en la
estructuras de poder. Sus orígenes pueden tener motivos de diversa índole,
un cambio tecnológico, un cambio social o un nuevo paradigma basta para que una
sociedad cambie radicalmente su estructura y gobierno. Yo no soy un especialista en Historia o Sociología y menos aun en
Historia de las Revoluciones pero tomando este concepto de revolución pues me
animo a decir que el pontificado de Juan XXIII ha sido una revolución,
obviamente pacifica, se produjo una "vuelta" en la Iglesia, un cambio
en una estructura de poder a nivel internacional, un cambio que tocó muy de
cerca a todo el mundo pero lo más importante para nosotros una revolución
que cambio la forma de transmitir la Fe y que abrió las puertas de la
Iglesia Católica al mundo.---
Por todo
esto, respetuosamente decido recordar a este gran hombre de Fe, Juan XXIII
como: "El Revolucionario de la
Fe"
Breve resúmen de la vida de San Juan XXIII
Más informacións sobre San Juan XXIII:
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