Evangelio según
San Mateo 16,13-20.
Al llegar a la región de Cesarea de
Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: "¿Qué dice la gente sobre el Hijo
del hombre? ¿Quién dicen que es?". Ellos le respondieron: "Unos
dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los
profetas". "Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que
soy?". Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: "Tú eres el
Mesías, el Hijo de Dios vivo". Y Jesús le dijo: "Feliz de ti,
Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la
sangre, sino mi Padre que está en el cielo. Y yo te digo: Tú eres Pedro, y
sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá
contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que
ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la
tierra, quedará desatado en el cielo". Entonces ordenó severamente a
sus discípulos que no dijeran a nadie que él era el Mesías.
Catecismo de la Iglesia Católica
551 Desde el comienzo de su vida pública
Jesús eligió unos hombres en número de doce para estar con él y participar en
su misión (cf. Mc 3, 13-19); les hizo partícipes de su autoridad "y los
envió a proclamar el Reino de Dios y a curar" (Lc 9, 2). Ellos permanecen
para siempre permanecen asociados al Reino de Cristo porque por medio de ellos
dirige su Iglesia: Yo, por mi parte, dispongo el Reino para vosotros, como mi
Padre lo dispuso para mí, para que comáis y bebáis a mi mesa en mi Reino y os
sentéis sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel (Lc 22, 29-30).
552 En el colegio de los doce Simón Pedro
ocupa el primer lugar (cf. Mc 3, 16; 9, 2; Lc 24, 34; 1 Co 15, 5). Jesús le
confía una misión única. Gracias a una revelación del Padre, Pedro había
confesado: "Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo". Entonces
Nuestro Señor le declaró: "Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi
Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella" (Mt 16, 18).
Cristo,
"Piedra viva" (1 P 2, 4), asegura a su Iglesia, edificada sobre Pedro
la victoria sobre los poderes de la muerte. Pedro, a causa de la fe confesada
por él, será la roca inquebrantable de la Iglesia. Tendrá la misión de
custodiar esta fe ante todo desfallecimiento y de confirmar en ella a sus
hermanos (cf. Lc 22, 32).
553 Jesús ha confiado a Pedro una autoridad
específica: "A ti te daré las llaves del Reino de los
cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates
en la tierra quedará desatado en los cielos" (Mt 16, 19). El poder de las llaves
designa la autoridad para gobernar la casa de Dios, que es la Iglesia. Jesús, "el
Buen Pastor" (Jn 10, 11) confirmó este encargo después de su resurrección:"Apacienta
mis ovejas" (Jn 21, 15-17). El poder de "atar y desatar" significa
la autoridad para absolver los pecados, pronunciar sentencias doctrinales y
tomar decisiones disciplinares en la Iglesia. Jesús confió esta autoridad a la Iglesia
por el ministerio de los apóstoles (cf. Mt 18, 18) y particularmente por el de
Pedro, el único a quien él confió explícitamente las llaves del Reino.
Descargar PDF
Podes seguir este blog a través de facebook: AÑO DE LA FE. (Grupo) Vivamos juntos la Fe (FanPage) y en Twitter: @VivamoslaFe
No hay comentarios:
Publicar un comentario