Evangelio según
San Mateo 10,26-33.
No les teman. No hay nada oculto que
no deba ser revelado, y nada secreto que no deba ser conocido. Lo que yo
les digo en la oscuridad, repítanlo en pleno día; y lo que escuchen al oído,
proclámenlo desde lo alto de las casas. No teman a los que matan el
cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman más bien a aquel que puede arrojar
el alma y el cuerpo a la Gehena. ¿Acaso no se vende un par de pájaros por
unas monedas? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae en tierra, sin el
consentimiento del Padre que está en el cielo. Ustedes tienen contados
todos sus cabellos. No teman entonces, porque valen más que muchos pájaros. Al
que me reconozca abiertamente ante los hombres, yo lo reconoceré ante mi Padre
que está en el cielo. Pero yo renegaré ante mi Padre que está en el cielo
de aquel que reniegue de mí ante los hombres."
Catecismo de la Iglesia Católica
Evangelizar con el testimonio de la vida.
904 "Cristo realiza su función profética, no sólo a través de la
jerarquía, sino también por medio de los laicos. El los hace sus testigos y les
da el sentido de la fe y la gracia de la palabra" (LG 35). Enseñar a
alguien para traerlo a la fe es tarea de todo predicador e incluso de todo creyente
(Sto. Tomás de A., STh III, 71. 4 ad 3).
905 Los laicos cumplen también su misión profética evangelizando, con
"el anuncio de Cristo comunicado con el testimonio de la vida y de la
palabra". En los laicos, esta evangelización "adquiere una nota específica
y una eficacia particular por el hecho de que se realiza en las condiciones
generales de nuestro mundo" (LG 35): Este apostolado no consiste sólo en
el testimonio de vida; el verdadero apostolado busca ocasiones para anunciar a
Cristo con su palabra, tanto a los no creyentes como a los fieles.
El valiente
testimonio de la fe supera el miedo y la muerte.
1808 La fortaleza es la virtud moral que
asegura en las dificultades la firmeza y la constancia en la búsqueda del bien.
Reafirma la resolución de resistir a las tentaciones y de superar los
obstáculos en la vida moral. La virtud de la fortaleza hace capaz de vencer el
temor, incluso la muerte, y de hacer frente a las pruebas y a las persecuciones.
Capacita para ir hasta la renuncia y el sacrificio de la propia vida por
defender una causa justa. "Mi fuerza y mi cántico es el Señor" (Sal 118,14).
"En el mundo tendréis tribulación. Pero ¡ánimo!: Yo he vencido al mundo"
(Jn 16,33).
1816 El discípulo de Cristo no debe sólo
guardar la fe y vivir de ella, sino también profesarla, testimoniarla con
firmeza y difundirla: "Todos vivan preparados para confesar a Cristo
delante de los hombres y a seguirle por el camino de la cruz en medio de las
persecuciones que nunca faltan a la Iglesia" (LG 42; cf DH 14). El servicio
y el testimonio de la fe son requeridos para la salvación: "Por todo aquél
que se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre
que está en los cielos; pero a quien me niegue ante los hombres, le negaré yo
también ante mi Padre que está en los cielos" (Mt 10,32-33).
Dar testimonio
de la Verdad.
2471 Ante Pilato, Cristo proclama que había
"venido al mundo: para dar testimonio de la verdad" (Jn 18,37). El
cristiano no debe "avergonzarse de dar testimonio del Señor" (2 Tm
1,8). En las situaciones que exigen dar testimonio de la fe, el cristiano debe
profesarla sin ambigüedad, a ejemplo de S. Pablo ante sus jueces. Debe guardar
una "conciencia limpia ante Dios y ante los hombres" (Hch 24,16).
2472 El deber de los cristianos de tomar
parte en la vida de la Iglesia los impulsa a actuar como testigos del evangelio
y de las obligaciones que de ello se derivan. Este testimonio es trasmisión de
la fe en palabras y obras. El testimonio es un acto de justicia que establece o
da a conocer la verdad (cf Mt 18,16): Todos los fieles cristianos, dondequiera
que vivan, están obligados a manifestar con el ejemplo de su vida y el
testimonio de su palabra al hombre nuevo de que se revistieron por el bautismo
y la fuerza del Espíritu Santo que les ha fortalecido con la confirmación.
2473 El martirio es el supremo testimonio de
la verdad de la fe; designa un testimonio que llega hasta la muerte. El mártir
da testimonio de Cristo, muerto y resucitado, al cual está unido por la
caridad. Da testimonio de la verdad de la fe y de la doctrina cristiana.
Soporta la muerte mediante un acto de fortaleza. "Dejadme ser pasto de las
fieras. Por ellas me será dado llegar a Dios" (S. Ignacio de Antioquía, Rom
4,1).
Descargar PDF
No hay comentarios:
Publicar un comentario