“Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para
que el mundo se salve por él” Jn 3, 17
En la mañana del día viernes 10 de Marzo con un amigo comenzamos a
dialogar sobre los hechos sucedidos en la Marcha que se realizó el día 8 de Marzo en la provincia de Tucumán,
en particular él me hizo referencia a la actitud de los católicos ante la
imagen que se difundió de una mujer vestida de la Virgen María simulando un
aborto. Sin lugar a duda esto nos entristece y nos lamentamos mucho por lo
sucedido, pero nos preocupa el accionar de un grupo de católicos que
escracharon a quien fuera la autora de esta escenificación. Escrachos que
lamentablemente incluyen insultos y la publicación de datos personales de dicha
mujer. (Cabe aclarar que continuamos la charla durante la cena)
Me decía mi amigo: Nuestra
actitud debe ser el perdón, (“Entonces se
adelantó Pedro y le dijo: «Señor, ¿cuántas veces tendré que perdonar a mi
hermano las ofensas que me haga? ¿Hasta siete veces?». Jesús le respondió: «No
te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.” Mt 18,22-23),
¿Por qué escrachar y señalar? Jesús nunca señaló a los pecadores, si al pecado;
Todo lo contrario, recibió a los pecadores, se involucro en sus vidas, lleno de
esperanzas sus corazones, él se encuentra con nosotros (¿acaso no somos todos
pecadores?) “El que no tenga pecado, que
arroje la primera piedra” Juan 8,7.
También tengamos en cuenta que
quienes somos cristianos estamos llamados a identificarnos con Cristo y su
misión lo cual muchas veces trae como consecuencias, la calumnia, la persecución
e incluso la muerte, ¿Por qué como católicos no somos capaces de soportar
sufrir en el nombre de Dios? (“Felices
los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece
el Reino de los Cielos. Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos,
y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí.” Mt 5, 10-11)
Y nos preguntamos: ¿y las obras
de misericordia: Perdonar al que nos ofende y Sufrir con paciencia los defectos
de los demás? El año pasado el Santo
Padre Francisco nos invitó a vivir el año de la Misericordia, a vivir en
concreto la misericordia entre nosotros, y la misericordia no tiene límites,
esta es una oportunidad para vivir de manera particular estas dos obras de
misericordia.
Cabe destacar que el Evangelio de
este día viernes (10/03/17) Mateo 5, 20-24, nos invita al perdón y a la
reconciliación con nuestro prójimo:
“Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los
escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos. Ustedes han oído
que se dijo a los antepasados: "No matarás", y el que mata, debe ser
llevado ante el tribunal. Pero yo les digo que todo aquel que se irrita contra
su hermano, merece ser condenado por un tribunal. Y todo aquel que lo insulta,
merece ser castigado por el Sanedrín. Y el que lo maldice, merece la Gehena de
fuego. Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que
tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y
sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda.”
Sepamos sufrir con paciencia los
ataques o agravios recibidos y no respondamos con violencia, y también seamos
capaces de perdonar a quien nos ofende.
El escracho no debe ser nuestra
opción queridos hermanos católicos, nuestra
opción es el perdón misericordioso y la oración.
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