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miércoles, 22 de abril de 2015

LA ORACIÓN (2) - YOUCAT - La Oración de Jesús





¿Cómo aprendió Jesús a orar?

Jesús aprendió a orar en su familia y en la sinagoga. Pero Jesús
superó los límites de la oración tradicional. Su oración mostraba una
unión tal con el Padre del cielo como sólo la puede tener quien es el
«Hijo de Dios». 

Jesús, que era a la vez Dios y hombre, se familiarizó, como los demás niños
judíos de su tiempo, con los ritos y formas de oración de su pueblo, Israel. Pero,
como se manifestó en el episodio de Jesús a los doce años en el templo (Lc 2,4155),
había algo en él que no podía venir del aprendizaje: una unión original,
honda y única con Dios, su Padre del cielo. Jesús, como todas las personas,
esperaba el mundo nuevo y oraba a Dios. Pero al mismo tiempo era también
parte de ese otro mundo. Ya en esto se notaba: un día se rezaría a Jesús, se le
reconocería como Dios y se le pediría su gracia.

¿Cómo oraba Jesús?

La vida de Jesús era toda ella una oración.
En los momentos decisivos (las tentaciones
en el desierto, la elección de los apóstoles, la
muerte en la Cruz) su oración fue
especialmente intensa. A menudo se
retiraba en soledad para orar,
especialmente por la noche. Ser uno con el
Padre en el Espíritu Santo: ése fue el hilo
conductor de su vida terrena. 

¿Cómo oró Jesús ante la muerte?

Ante la muerte Jesús experimenta toda la profundidad del miedo humano. 
Sin embargo sacó fuerzas para confiar en el Padre celeste también en esta hora:
 «¡Abbá, Padre!; tú lo puedes todo, aparta de mí este cáliz. Pero no sea como yo quiero, sino como tú quieres»
(Mc 14,36). 

«La necesidad enseña a orar». Casi todas las personas experimentan esta verdad en sus vidas.
¿Cómo oró Jesús cuando experimentó la amenaza de la muerte? 
Lo que le movía en esas horas era la
disposición absoluta a abandonarse en el amor y el cuidado de su Padre. 
No obstante, Jesús pronunció la más impenetrable de las oraciones, que tomó de las oraciones judías de los moribundos:
«Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» (Mc 15,34; según el salmo 22,1). 
Toda desesperación, toda queja, todo lamento de los hombres de todos los tiempos y el deseo de encontrar la mano auxiliadora de Dios, se contienen en esta palabra del Crucificado. Tras las palabras: «Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu» (Lc 23,46) exhaló su espíritu. En ellas resuena la confianza sin límites en el Padre, que tiene poder para superar la muerte. 
De este modo, la oración de Jesús anticipa, en el centro de su Pasión, la victoria pascual en su Resurrección,

¿Qué significa aprender de Jesús cómo orar?

Aprender de Jesús a orar es entrar en su confianza sin
límites, unirse a su oración y ser conducido por él, paso a
paso, hacia el Padre.

Los discípulos, que vivían en comunión con Jesús, aprendieron a
orar escuchando e imitando a Jesús, cuya vida era toda ella oración.
Tal como él, ellos tenían que estar vigilantes, luchar por tener un
corazón puro, dar todo para que llegue el reino de Dios, perdonar a
sus enemigos, confiar en Dios hasta la osadía y poner por encima de
todo el amor a Dios. En este ejemplo de entrega, Jesús invitó a sus
discípulos a llamar al Dios omnipotente «Abbá, papá». Si oramos en
el espíritu de Jesús, especialmente el Padrenuestro, seguimos los
pasos de Jesús y podemos estar seguros de que llegamos
infaliblemente al corazón del Padre.





FUENTE: YouCat 474-477

Mas sobre la oracion en el YouCat: LA ORACIÓN (1) - YOUCAT

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Mas sobre YOUCAT: ¿Que es el YOUCAT?


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