El día 11 de Mayo se celebró la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. El Santo Padre Francisco eligió como lema: “Vocaciones, testimonio de la verdad”. En este día, unida en oración toda la Iglesia Católica oró por las vocaciones sacerdotales y religiosas. Francisco en el mensaje que escribió para este día nos recordaba las palabras del evangelio de Mateo: “La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad pues al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies” (Mt 9,35-38) en este mensaje también afirma el Santo Padre que la vocación surge del corazón de Dios y brota en la tierra buena del pueblo fiel, en la experiencia del amor fraterno.
Por lo tanto todos como
pueblo de Dios debemos orar por las vocaciones para que el Señor despierte la
vocación en el corazón de muchas personas y para que estas personas se animen a
dar su SI a Dios sin miedo, confiando en que el Señor cumple sus promesas.
Francisco en su mensaje
para esta 51 Jornada Mundial de oración por las vocaciones también nos dice: “La
verdadera alegría de los llamados consiste en creer y experimentar que él, el
Señor, es fiel, y con él podemos caminar, ser discípulos y testigos del amor de
Dios, abrir el corazón a grandes ideales, a cosas grandes.”.
Reflexionando sobre la vocación agregaría que además de ser
testimonios de la verdad, los llamados están invitados a vivir con alegría la
vocación y dar testimonio de la alegría de entregarse al proyecto de Dios. Y
esto me lleva a pensar: muchas personas encuentran su felicidad en la medicina,
otros en la arquitectura, otros en la abogacía y en tantas otras
profesiones, sería muy bueno que de
manera particular los jóvenes varones y mujeres se pregunten ¿Podría ser feliz consagrando mi vida a
Dios? Sin duda, la respuesta es afirmativa,
a quienes llama Dios le ofrece vivir
la gran felicidad de entregar sus vidas al servicio de los demás, Dios es fiel a sus promesas y da el regalo de
esa gran felicidad a quienes se animan a responder generosamente a su llamada.
Dios llama y quiere dar felicidad a quienes llama pero tan solo necesita que
cada uno de los llamados responda de corazón y con plena libertad a su llamada.
Puedo dar testimonio de esa alegría de la vida consagrada, he conocido muchos
sacerdotes que viven con mucha alegría su vocación, también muchas religiosas
que viven su alegría en medio de niños,
jóvenes y adultos, en los días de semana santa visite un Monasterio de
las religiosas carmelitas, conocí ocho mujeres enamoradas de Jesús que viven
con gran alegría su vocación y contagian esa alegría a los demás.
Hace tres meses ingrese
al seminario Arquidiocesano de San Juan de Cuyo dando mi primer paso,
respondiendo con humildad y alegría la llamada del Señor. Aquí descubrí
formadores y seminaristas que viven con alegría su vocación. De manera
particular descubro mucha alegría en mis 7 compañeros y hermanos de comunidad
que ingresaron junto conmigo y en nuestro formador, día a día compartimos esta
gran alegría, orando, estudiando, haciendo deporte y realizando distintos
trabajos, celebrando nuestros cumpleaños incluso también en nuestros tiempos
libres entre bromas y risas.
Muchas personas me preguntan cómo estoy, como
me siento y yo podría definir esta primera experiencia de un largo pero hermoso
camino con dos palabras MUY FELIZ.
Mas vídeos sobre la vocación:
http://vivamosjuntoslafe.blogspot.com.ar/2013/04/que-es-la-vocacion-religiosa.html
Sitio Oficial del Año de la Fe: http://www.annusfidei.va/content/novaevangelizatio/es.html
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